CAPÍTULO 74: LA NOVIA SIN SALIDA
Maddison
Tres días después…
No sé si lo que siento en el pecho es ansiedad o premonición. Desde que desperté esta mañana, algo dentro de mí está gritando que corra, pero no lo hago.
En cambio, me dejo arrastrar por la rutina de este día que, supuestamente, debería ser el más feliz de mi vida. Me siento como una muñeca en manos de otras: maquillistas, estilistas, asistentes… todas revoloteando a mi alrededor como si yo no tuviera derecho a frenar esto, como si ya no fuera dueña de mi propia historia.
Estoy vestida de blanco, peinada hasta la perfección, casi no puedo moverme por lo ajustado del corsé. La tela pesa más que el aire y sin embargo, lo más pesado sigue siendo la culpa.
Derek no ha aparecido desde aquella noche en su pent-house… nada. Está en un silencio absoluto. Ni un mensaje, ni una llamada, ni un maldit0 indicio de que le importa que estoy a punto de casarme con otro hombre.
—Estás hermosa —me dice una de las asistentes con una sonrisa ta