CAPÍTULO 29: TE NECESITO
Derek
Salgo de mi casa sin mirar atrás.
El portazo suena hueco, como si marcara el punto final de una conversación que nunca debió existir. Vanessa sigue gritando algo detrás de la puerta, pero su voz se pierde entre el eco y mi decisión ya tomada. Estoy harto de sus reclamos, de su victimismo y de esta farsa de matrimonio donde nadie cree en nadie.
Subo al auto y enciendo el motor con rabia. El aire acondicionado lanza una ráfaga helada que me golpea la cara, pero ni eso me enfría el pulso. Me quito la chaqueta y la lanzo al asiento del copiloto. El nudo en la garganta no es dolor, es furia.
No por Vanessa o la pelea, sino por ella. Porque no importa cuánto intente borrarla de mi vida, cada vez que escucho su nombre en boca ajena, algo en mí estalla.
Arranco con un giro brusco y acelero hacia la oficina.
Llego al edificio antes de que amanezca por completo. La mayoría del personal aún no ha llegado, lo que me viene perfecto. No quiero miradas ni preguntas, so