Llegamos a su casa y mi jefe deja a Tadeo en la habitación original de Taddeo. Para después, caminar hacia el balcón del pasillo del segundo piso donde espero a mi jefe para darle la información que por pervertida omití.
— Si deseas, puedes dormir aquí. — dice mi jefe acercándose a mí.— No, me he quedado aquí para darle la información de su agenda de los siguientes tres días. Como no sé si tendrá en la mente todo lo que hay aquí, programe alarmas en la tableta para que se prepare antes de cada reunión.>> Pero, si gusta, puedo colocar las mismas alarmas de recordatorio en su teléfono para que tenga toda su información al alcance... — digo y le informo de todas las reuniones y puntos clave de su itinerario.— Me pregunto si cuando seas mi esposa, también organizarás mi ropa cada mañana para