Sentía sus manos acariciando mi piel,como sus dedos pasaban con total calma y lentitud sobre mis mejillas,de ahí recorría mis labios para bajar hasta mi cuello y clavícula,sus dedos tamborilearon sobre mis costillas con cariño,la palma de su mano se posó con ternura sobre mi cintura,lo conocía muy bien y sabía que su recorrido no acabaría simplemente ahí,su mano traviesa bajó hasta mi cadera y sus dedos se metieron dentro de la blanca sábana que cubría mi trasero y piernas. —Deja de ser travieso—susurro contra la almohada,Dean suelta una risita,de esas que me dejan bobo. —¿Estas despierto?—abro un ojo observando a ese maravilloso ser que Dios puso en mi camino,hablo de manera sarcástica claro está. —Déjame dormir cinco minutos más—casi suplico.—Llevas durmiendo unas doce horas—susurra en mi oído,levanto la cabeza de golpe,no podía creer haber dormido tanto. Pero en el proceso la nariz de Dean se lleva la peor parte. —Estoy bien—habla con la nariz tapada,su voz suena chistosa y no
Dean calmó su llanto al regresar a la cabaña, acariciando su espalda mientras él hundía su rostro en mi pecho, aún podía oír los hipidos involuntarios que se escapaban de su boca, acariciando con suavidad su cabello me puse a pensar en lo que podía haber causado su ataque pero todo parecía tan normal a nuestro alrededor que no tenía idea alguna de lo que pudo haberlo causado. —¿Quieres que volvamos a casa? —pregunto en un susurro, con miedo a romper esa paz en la que parecía envuelto. No dijo nada, solo negó con la cabeza rápidamente, abrazándose aún más, si era posible, a mi cintura. Por mi parte sentía una molestia en el pecho, era como si algo estuviera martillando en mi interior sin parar, dolía si concentraba mi atención en ello, dejé ir un suspiro besando su cabeza, cerré los ojos para dormir un poco y descansar de todo lo que estaba pasando y no entendía. Aún no salía el sol, me despertó el vacío a mi lado, creí que estaría en el baño pero la luz estaba apagada y la puerta a
Salgo de mi casa con paraguas en mano, lo busco por todas partes, en cada rincón oscuro en el que pueda encontrarse, escondido y aislado del mundo que lo rodea, me desespero al no hallar ni un pequeño rastro de él, la lluvia me impide ver muy lejos, la noche es pesada y mis pies se encuentran bajo agua. Una figura tambaleante se hace visible ante mi campo de visión, lleva una botella en la mano y al reconocerlo corro hacia él con el corazón acelerado. —¿Donde estabas? —pregunto alzando un poco la voz, la lluvia era cada vez más y más fuerte. No recibo respuesta alguna, inquieto abro el paraguas, cubriendo su cuerpo del agua helada que ya calaba los huesos, con ojos tristes se volvió a mirarme y dejó ir una pregunta que partió en miles de pequeños pedazos mi corazón. —¿Por qué? —no supe que responder, me quedé en silencio mirándolo desde arriba. Ojalá tuviera la respuesta, contestaría a cada una de sus dudas y así protegería su frágil corazón de todo daño, me arrodillo a su lado, s
Tenía dieciséis años cuando me pararon frente a él,un hombre arrogante que no hacia más que mirar por encima del hombro a los demás,un hombre que manejaba cada cosa con dinero,que de seguro no sabía hacer nada por si mismo y que tenía un ejército de sombras a sus espaldas. Ese tipo de hombre, es con quien me comprometieron. *** Era un día normal para mi,un día como cualquier otro, salir del Colegio e ir directo a casa para ayudar a mi familia en lo que fuera necesario. O eso creí hasta llegar a casa. Al abrir la puerta lo primero que recibí fue un plato de plasticó en mi rostro,entre preocupado y me encontré con mi madre buscando algo con desespero por toda la sala. Ella siempre a sido un tanto extraña pero nunca había llegado a tal extremo de poner patas arriba nuestra casa,la "mamá loca del órden" Estaba tirando la casa por la ventana buscando sabe Dios que cosa. Me acerqué con cuidado a ella y me senté de rodillas a su lado,no se percataba
Tocaron a la puerta y mi madre saltó del sillón hacia ésta en dos segundos, sacudió su ropa y arreglo su cabello, dejó ir un suspiro para por fin abrir la puerta y dejar pasar a la persona del otro lado,que con lo que mi madre tardo en abrir la puerta sería una sorpresa que aún estuviera ahí fuera. Un hombre mayor fue el primero en entrar,lo siguieron dos hombres más jóvenes a sus espaldas con cara de pocos amigos,curioso observe a cada una de las personas frente a mí. El anciano tendría unos setenta años más,con un traje hecho a la medida,un Rolex en su mano izquierda y un anillo dorado en su mano derecha, a simple vista te dabas cuenta que era un hombre que nadaba en dinero. En cuanto a los dos hombres de unos treinta años tenian una postura muy recta y en todo momento tenían cara de odiar al mundo,sus trajes negros y auricular en uno de sus oídos gritaba a kilómetros "Guardaespaldas". Mi madre llamó mi nombre haciendo así que toda mi atención se dirigiera hacia ella,me hizo señ
Mis manos aún temblando y mis ojos rojos de tanto llorar, una mujer se acercó a mi sentándose a mi lado. La mire y sonreí aceptando la taza de té que me ofrecía con una sonrisa,de esas radiantes que transmiten tranquilidad. Bebí algo del té y después de unos segundos de silencio la mujer habló. —Lamento que tu primer impresión de Ethan sea así de desastrosa pido disculpas en lugar de mi hijo—Dejé la taza de té a un lado en la pequeña mesita y me volví a verla. —No se disculpe por favor—la tomé de la mano y sonreí—Acepté este compromiso sabiendo que no todo saldría como en cuentos de hadas—Roxanne acarició mi mejilla con su otra mano—Pero daré mi mejor esfuerzo por cumplir con los deseos de mi abuelo—los ojos de la mujer brillaron. —Tus padres deben de estar muy orgullosos de tí pequeño—escuchamos la voz suave de la abuela y ambos volteamos a verla. —¿Como esta la mejilla de Ethan?—pregunta la mujer a mi lado. —Un poco roja y algo hinchada pero nada que no se le pase en un rato—so
Noel miraba a Mathéo con el ceño fruncido mientras que el menor evitaba encontrarse una vez más con los ojos de su amigo.Mathéo solo miraba a los lados buscando una salida. Hasta que por la puerta de la cocina salió un Ethan sacudiendo su ropa y ahí fue cuando mathéo reaccionó con rapidez saliendo de la sala antes de que sus suegros o alguno de los presentes pudiera abrir la boca.Ethan miraba a todos confundido,se acercó a su hermano y susurro con suavidad para que los demás no lo escucharan.—¿Que sucede? ¿Que hacen todos aquí?—su hermano miró a Noel y después a Ethan entrecerrando sus ojos.—En un par de días daremos una fiesta en casa para anunciar tu compromiso con Mathéo y al parecer alguien aún está enojado contigo—el azabache menor suspiró y observó la puerta por la cual hacia solo un par de minutos el más pequeño de la casa había salido.Ethan posó la mirada sobre sus padres y tíos,frunciendo el ceño miro a su hermano. Estaba más que seguro de que había visto a su primo frente
—Ethan,lleva a Mathéo a la preparatoria—el azabache abrió los ojos aún más grandes de lo que ya eran mirando a su madre.—¿Que yo qué?—su madre fruncio el ceño.—¡Que lleves a tu novio a la preparatoria m****a!—Se levantó de la mesa y tomó la mochila de Mathéo que miraba la escena con diversión.—Vamos mocoso—el chico asintió y dando un beso en la mejilla de la señora Roxanne corrió trás Ethan. Llevaba cuatro días en esa casa con la familia Brunet, los días y las noches eran tranquilas, él por su lado y Ethan por el suyo. Algunas veces despertaba debido a algo puntiagudo tratando de entrar en alguna parte de su cuerpo que bajaba de una patada,pero nada de que preocuparse.Al día siguiente de su llegada las cosas con Ethan se habían calmado,el de ojos oscuros le ofreció algo así como un "contrato" El cual decía que aceptaba el matrimonio siempre y cuando después de un año de casados podían acceder al divorcio sin problema alguno,su familia se negó rápidamente pero él sacó otra hoja en