DAMIÁN:
Birk y yo nos teletransportamos al castillo de inmediato mientras mi corazón late con prisa.
Al llegar lo primero que hago es buscar a Galed que está en su habitación dando vueltas y se paraliza al sentirme.
—Señor.
Dice haciendo una reverencia, pero no le presto mucha atención.
—Layla… ¿Dónde está?
Le pregunto y Galed niega con preocupación.
—Fue mi culpa señor, merezco un castigo por no haber cuidado de la reina como había pedido.
Dice mientras se coloca de rodillas y niego varias veces.
—De nada me sirves que estés arrodillado, levántate de ahí y reúne a nuestros mejores rastreadores… Debemos ir al bosque.
—Como ordene señor.
Habla mientras se levanta de inmediato y hace lo pedido.
Arrugo el ceño al sentir ardor en mi marca y eso me pone más ansioso… Algo le está pasando a mi mujer.
—Permíteme ver.
Escucho la voz de Birk y asiento mientras le muestro mi marca que está al rojo vivo y arde como los mil demonios.
—Están intentando eliminar la marca con magia negra.
Habla segur