Abrí los ojos, aún un poco mareada. Estaba tenso y me levanté de inmediato, recordando exactamente lo que había sucedido.
Estaba en la habitación de Héctor.
- Tranquila, Bárbara. No puedes levantarte así. – Héctor se me acercó, acostándome de nuevo en la cama.
- Descalificado, si tiene esposas, arrésteme ahora. O me escaparé. - supliqué, mientras él sonreía con la comisura de sus labios, hermosamente.
Me agarró de los hombros y me miró.
- No huirás, Bárbara. Yo no voy a dejar. Estás atrapado conmigo, para siempre.
- Necesito levantarme. ¿Dónde está María Lua?
- ¿El bebé? Es con Nick. - El dice.
Retiré sus manos de mis hombros y me puse de pie, poniéndome las sandalias.
- Bárbara, ¿qué tienes?