¿Cuántas veces todavía pediría perdón por los errores que había cometido?
- Tienes que madurar, Héctor. - Le toqué la cara.
- Por favor, ayúdame. ¿Cómo lo hago?
- No sé cómo hacerlo... Yo también lo estoy intentando. Así que no podemos hacerlo juntos.
- Los dos seríamos inmaduros, ¿no? - Sonrió con tristeza.
- Sí, creo que sí. Pero dime una cosa antes de irte, por favor.
- Por supuesto... Lo que quieras.
- ¿Cuántas veces te encontraré con Cindy cuando nos crucemos?
- Espero que ninguno. Además de convencerla de comprar otro apartamento, también la llamé para ponerte celoso.
- ¿Qué? ¿Sabes cuánto la odio y sigo insistiendo en ello? Héctor, eres la creación de la palabra “descalificado”. - Estaba furioso.
- Tal vez... Volveré a mi pequeño mundo: CEO de North B. de día y CEO de Babylon de noche. Y un borracho en el medio. Él se rió. Eso es todo lo que puedo hacer sin ti.
- Mientras dejes de perseguirme, haz lo que quieras.
- No sabes lo que dices, Bárbara.
- Inmaduro al cuadrado.
- Loco