26.
Las criaturas comenzaron a dudar de las intenciones de Serena. Por un momento, sintieron empatía por ella. Cada uno de los presentes pudo percibir su pena, su vergüenza, y fueron invadidos por las mismas emociones que la abrumaban a ella. La fuerza de sus sentimientos traspasó sus palabras, llenando el corazón de todos los presentes.
—¿Qué tipo de ayuda necesitas? —preguntó el lobo que, momentos antes, la había estado destrozando con sus colmillos.
—La arpía viene hacia la ciudad de Leória con un ejército entero, acompañada por asesinos muy poderosos. Si la ciudad cae, su siguiente paso será este bosque. Pero si cooperamos, todos juntos, podremos detenerla, salvar la ciudad y destruir su ejército. Si ella aparece, tendremos una oportunidad de matarla… y así liberar los sellos que mantienen prisioneros a sus reyes.
—¿Y si no aparece? —preguntó uno de los gólems—. No tienes certeza de que vendrá, ni puedes asegurar que lograrás matarla.
—Eso es verdad. Pero lo que sí sé, es que si Leória