- ¿Quién es tu Luna? - Enserio Kyria, de donde habías sacado tu eso de la Luna.
No sabía de donde había sacado esa información y tampoco porque sabía que Luna es el nombre que se le da a la pareja de un Alfa ¿Seria que mi cabeza estaba empezando a recordar? ¿Y porque recordaba cosas así? ¿Tendría yo algo que ver con algún Clan de hombres lobo? ¿Y si ojos amarillo era algún familiar mío que me estaba buscando por desaparecer? Me empezaba a doler otra vez la cabeza de una manera intensa... ese maldito dolor que me daba cada vez que quería recordar algo. Intenté no darle importancia y me puse a hacer cosas para mantenerme ocupada y no pensarlo más. "PUM, PUM, PUM" empezó a sonar la puerta y fui a abrir. - ¡Hola soy Esme! - Entro y cerró la puerta. - Tenía muchas ganas de conocerte, tienes a toda la Aldea revolucionada, hacia tanto que no venía nadie nuevo, que me moría de ganas de conocerte. - Yo soy Kyria. También me alegro de conocerte. Llevo en esta cabaña un día desde que salí del consultorio de Gertru y todavía no había conocido a nadie. - Lo sé. Yo trabajo con Gertru en el consultorio. Bueno en realidad soy su ayudante, la que sabe de verdad es Gertru. Se supone que me está enseñando porque después yo ocupare su puesto, pero no es tan fácil ¿Sabes? Era una chica muy graciosa y peculiar. Era rubia con el pelo largo y ojos azules, era muy delgada. Tenía una cara que me recordaba a una ardilla, parecía una mujer muy inteligente y no paraba de sonreír a todas horas. Aunque no paraba de hablar había algo de ella que me gusto, tuve la sensación de que llegaríamos a ser grandes amigas. - Gracias por haberme cuidado durante todo este tiempo ¿Te apetece comer o beber algo? - ¿Tienes crema de cacahuete? Me encanta la crema de cacahuete. - Creo que sí, ven a la cocina. Fuimos a la cocina, rebusqué entre los armarios, todavía no sabía lo que tenía o lo que no tenía y al final lo encontré. Saque el bote de crema de cacahuete y ella enseguida cogió una cuchara y empezó a comerse el bote a cucharadas. - Te dije que me encantaba. - Yo mientras me senté enfrente de ella. - No me des las gracias por cuidarte, nos repartimos el trabajo ¿Sabes? Gertru y yo estábamos durante el día y por las noches venia Dante a velarte y cuidarte para que no te pasara nada. Pobrecillo, lo paso tan mal. - Eeeeeeh sí, eso he dicho sí. - Dejo el bote de crema de cacahuete en un lado y miro hacia todas partes. - Bueno vamos a lo que he venido. Me dijo Dante que necesitabas todo tipo de ropa y yo me he encargado de conseguirte de todo. Había notado como cambio de tema rápidamente, pero preferí hacer como si no me hubiera dado cuenta. Dante se había quedado a cuidarme por las noches, por eso había una silla junto al lado de mi cama cuando desperté en el consultorio. Pero ¿Por qué? ¿Y por qué lo había pasado mal? ¿Por qué no me había dicho nada de eso? - Bueno aquí está la ropa - Esme corto mis pensamientos. Me fije en que había cuatro cajas de cartón llena de todo tipo de ropa, zapatos, etc. - ¿Todo eso lo has traído tu sola? - Sí, claro yo solita -Hacia movimientos con las manos como quitando importancia a mi pregunta. - Ya sabes uno de los beneficios que tenemos por nuestra condición, súper fuerza, súper velocidad, súper agilidad y todas esas cosas. - ¿Tú también eres hombre lobo? - Mujer lobo si no te importa. -Le hacían gracia mis preguntas porque no paraba de reír. - Y si lo soy, como todos aquí. Somos un Clan de hombre lobo ¿Recuerdas? -Me lo decía mientras sacaba un montón de ropa de las cajas y las dejaba en el sofá. - Pero vamos no creo que sea nada que te sorprenda, supongo que a ti te pasara lo mismo. -No, yo no soy mujer lobo. Yo no soy nada, no que yo sepa, soy una persona normal. Esme se quedó mirándome extrañada. - No todo el mundo se transforma igual, algunos tardan más tiempo que otros. Pero tarde o temprano ocurre. Tú tampoco te preocupes por eso, tarde o temprano sucederá. - Pero... ¿Crees que soy una mujer loba? - Por supuesto que lo creo. - ¿Y por qué? ¿Qué te hace estar tan segura? Esme se empezó a reír. - Porque apestas a lobo. - ¿Cómo? - ¿Que apestaba a lobo? Pero que tonterías estaba diciendo. - Los hombres lobo en general desprendemos un olor característico. Seguramente tú todavía no lo sientas porque tu lobo todavía no ha despertado. - ¿Eso significa que soy como vosotros? - Claro, por eso te traería Dante a la Aldea, porque sintió a tu lobo. - ¿Y tú puedes sentirlo? Aparte de olerlo, me refiero. - Dame tus manos. Le di mis manos y ella las agarro y cerró los ojos. Tenía cara de estar completamente concentrada. Paso por lo menos un minuto, que a mí se me hizo como una eternidad. Hasta que Esme abrió los ojos con cara de asombro. - No puede ser... no lo entiendo. - ¿El qué? ¿Qué pasa? - Tu lobo no está, no tienes lobo. -La cara de Esme estaba completamente descolocada y sus ojos mostraban toda la confusión que ella estaba sintiendo en ese momento. - Pero no puedo entenderlo, mi loba te reconoce, como a una igual de la manada, tu olor es el de uno de nosotros. No logro entenderlo. La miraba sin saber que decir, no podía dar respuestas a sus preguntas y mis preguntas eran muchas más de las que ella me podía contestar. Después de unos minutos en completo silencio, Esme volvió a hablar. - De todas formas, seguramente sea porque yo solo soy una mujer lobo común, tal vez Dante o Break si puedan sentirlo ya que son los líderes de la manada y su poder es mucho mayor al mío. - ¿Quién es Break? - Break es el Beta de la manada, el segundo detrás de Dante y su mano derecha. También es mi mate. - Se sonrojo al decirlo. - ¿Que es un mate? - Un mate es el nombre que se le da al compañero del hombre lobo. Verás los hombres lobo desde que nacemos estamos conectados a otro a través de nuestras almas, quiere decir que estamos destinados el uno al otro, es lo que solemos llamar Lazo. -Me miraba pare ver si entendía lo que me quería decir y yo asentí con la cabeza. - Cuando se encuentran se siente, siempre sabes que has encontrado a tu compañero a tu mate. Se produce como un chispazo, una ola de calor que recorre el cuerpo. Algunas veces tardamos más en darnos cuenta, pero siempre estamos destinados a encontrarnos. Cuando un hombre lobo pierde a su mate, no vuelve a encontrar otro, pasa el resto de su vida solo, a veces rehacen su vida y se juntan con otros que también están solos, pero nunca será el mismo sentimiento. El Lazo, Dante me dijo que sabía que estaba mal la noche anterior porque lo sintió por nuestro lazo, aunque él estaba muy lejos de donde estaba yo. Esme volvió a interrumpir mis pensamientos. - Te has quedado muy pensativa. - No, es solo que... ¿Los Alfas también tienen Mate? -Si claro, solo que el nombre de la compañera del Alfa no es Mate, es Luna. Cuando un Alfa encuentra a su compañera se dice que ha encontrado a su Luna. - Esme hizo una pequeña pausa y volvió a sonrojarse. - Dentro de poco será mi ceremonia de unión con Break, donde formalizaremos nuestra unión, para pasar el resto de nuestros días juntos. Me encantaría que fueras. - Claro que iré. Muchas gracias por todo Esme. Creo que vamos a ser grandes amigas. - Yo también lo creo. Bueno te dejo que te vistas, te veo en un rato en el consejo. Cuando Esme se fue mi cabeza era un caos. No podía dejar de pensar en Dante, si antes estaba confundida ahora no sabía ni por dónde empezar. ¿Me quería decir algo Dante ayer? ¿Sería que yo era su Luna? Es verdad que cada vez que me tocaba sentía como un chispazo y la ola de calor que me recorría todo mi cuerpo, tal y como me había dicho Esme. Pero eso no podía ser, ni siquiera tenía lobo, un Alfa no podría estar nunca con alguien como yo, ni siquiera sabía si él había sentido lo mismo por mí, cosa que dudaba, porque si en mi interior no había lobo eso nunca podría pasar. Dante, Dante, Dante... solo pasaba su imagen por mi cabeza, una y otra vez. Una cosa estaba clara, aunque yo no fuera su Luna, él siempre se preocupaba por mí. Fui a vestirme, el consejo estaba a punto de empezar. Llegue a la cabaña donde se hacia el consejo, no me costó mucho encontrarlo ya que era la cabaña más grande de todas. En la puerta había bastante ente esperando para entrar. Me fui acercando, estaba súper nerviosa, no conocía a nadie. Podría parecer boba pero no sabía ni como saludarles. - ¡Kyria hola! Era Esme, iba con un chico a su lado. Pude deducir que se trataba de Break. Break era alto, aunque no tanto como Dante. Se notaba que estaba en buena forma, tenía el pelo corto y claro, aunque no llegaba a ser rubio y sus ojos de un color peculiar, tenía tonos verdosos y grises. -Hola chicos. Soy Kyria. - Me presente a Break. - Ya era hora de que nos conociéramos, entre Esme y Dante me han vuelto la cabeza loca. La novedad, supongo. -Sentí que Break era un poco cortante y frio conmigo y su tono de voz mostraba cierto rin tintín, como si tuviera desconfianza o no se fiara de mí. - Bien, tengo que ir pasando ya. Luego nos vemos nena. Le dio un beso a Esme y entro. Esme se colocó a mi lado, sonreía de aquella forma en que solo ella podía hacer, quitándole importancia a las palabras de Break. - Bueno vamos entrando y nos sentamos si quieres, esto va a empezar ya. Entramos dentro. La cabaña del consejo me recordaba a una iglesia, se componía de una especie de atril que se situaba sobre una especie de escenario y en la parte de abajo había un montón de bancos, donde se iba sentando la gente, al igual que el resto de las cabañas todo era de madera. - ¿Hay muchas personas en el Clan? - Somos unos cuantos, aunque antes éramos más. Muchos han muerto defendiendo nuestras tierras... ahora mismo estamos pasando un mal momento. Justo en ese momento Dante salió al atril, detrás del estaba Break, imagine que estaba ahí por ser el Beta. Cuando Dante se colocó en el atril me miro y me sonrió. Inclino la cabeza hacia abajo y la volvió a subir. Creo que eso quería decir que le había gustado verme allí. - Hola niñas lindas, pensaba que ya no llegaba. - Justo apareció Gertru a mi lado y nada más sentarse ella Dante empezó a hablar. - Buenas tardes familia, me gusta ver que una vez más estáis todos aquí. Una vez más estamos todos juntos y reunidos en el consejo. Veréis familia, las noticias que os traigo no son buenas, por eso la urgencia de juntarnos todos hoy. - Dante hizo una breve pausa y continuo. - El Clan de los lobos blanco fue atacado anoche, aprovecharon el plenilunio para atacar su Aldea, algunos consiguieron escapar y huir, otros murieron y otros se encuentran heridos. Atheneus me ha dicho que de los que lograron escapar no hay noticias, no saben si siguen vivos o si por el contrario ya no se puede hacer nada por ellos, me ha pedido que si alguno de nosotros ve a algún miembro del Clan de los Lobos Blancos que le traiga a Claro de Luna y le demos cobijo hasta que puedan volver a buscarlo. Estarán bajo nuestra protección. - ¿Es por eso por lo que has traído a esa? - Una rubia despampanante interrumpió el discurso de Dante y me señalaba con el dedo, mirándome con cara de asco. - No, no es por eso Lucil. Se llama Kyria y te pido por favor que no me vuelvas a interrumpir. -Dante miraba a la chica como si le pusiera nervioso. - Como iba diciendo, es cuestión de horas que vuelvan a atacar otro Clan, ya han atacado cuatro Clanes y no van a parar hasta que todos los Clanes estén bajo su mandato. Mañana iré a primera hora a hablar con Los Sabios, necesitamos cualquier tipo de protección para que podamos protegernos e impedir que puedan atravesar el Claro o nuestras Cabañas. Os pido que no sobrepaséis los límites del Claro bajo ninguna circunstancia, los vigilaremos nosotros, como hemos estado haciendo hasta ahora. -Volvió a hacer una breve pausa, realmente se le veía preocupado. - Os voy a ser sincero, son malos tiempos los que corremos y si Cancervero logra hacerse con el poder de la mayoría de Clanes, acabara viniendo a por nosotros también, tenemos que estar preparados. Dante siguió hablando durante un rato más, el discurso que había dado delante de todos en el consejo me aclaro muchas cosas que hasta ese momento desconocía. - Y ahora para terminar, quiero presentaros a un nuevo miembro de nuestra manada. Kyria sube. Quería morirme de la vergüenza. Me levanté y subí al atril, Dante se echó a un lado y puso su mano en mi espalda en señal de protección. - Hola, soy Kyria. Quería daros las gracias por acogerme en vuestra familia. Gracias por haberme cuidado durante este tiempo, espero no decepcionaros. - A partir de ahora Kyria es una más de la manada, empezará trabajando con Gertru y Esme en el consultorio, si Héctor necesita ayuda en la escuela también podrá ir allí para ayudar. Espero que la recibáis como la gran manada que somos. Bajé del atril y volví a mi asiento, todavía seguía nerviosa, no me gustaba hablar delante de tantas personas y mucho menos cuando no las conocía. - Esto ha sido todo por hoy, cualquier novedad seréis avisados e informados de todo. Muchas gracias a todos por venir. Con eso termino el consejo. Salí fuera con Gertru y Esme, estuvimos hablando un rato, me explicaron los horarios a los que tenía que ir al día siguiente para comenzar en el consultorio. - Mira ya va esa víbora, con su sonrisa venenosa. -Con un gesto Esme señalo a Lucil que estaba donde Dante. - Búa hombres, mírale. Le va una rubia potente y se les caen los pantalones. La vi cómo se reía con él, se apoyaba en el con sus brazos y le pegaba su cuerpo. Dante le contestaba con sonrisas y riéndose. - Creo que te estás confundiendo Esme. Ahora mismo Dante solo tiene tiempo y prioridad para otras cosas. -Gertru me miraba y me sonreía. Pero en verdad sus palabras no me consolaban nada, no podía dejar de mirarlos y unos celos incontrolables nacían dentro de mi ¿Y si ella era su Luna? - Chicas, me voy a dar una vuelta, necesito tomar el aire. Os veo mañana. -Me despedí de ellas y me fui. Llegando a mi cabaña empecé a escuchar voces dentro de la cabaña de Dante. La puerta estaba abierta y me acerque, quería saber si estaba con Lucil asique no pude evitar escuchar la conversación. - No te entiendo, lo siento, pero no entiendo nada Dante. -No era Lucil, era Break y por el tono de voz que tenía parecía que estaban discutiendo. - No la conoces, no sabes quién es, ni de dónde ha salido ¡No sabes si es del Clan de Cancervero, no tienes ni idea! - No es de su Clan. Lo sé, estoy seguro de que es uno de nosotros. - ¿Una de mostros? No tiene lobo, Esme me lo dijo. Es una mujer rara, no es como nosotros, no puedes formar parte de una manada de lobos si eres uno de ellos. - ¿Y que si no tiene lobo? ¿Crees que ha mi eso me importa? - ¿Ósea que lo sabías? Sabias que tiene algo raro, que no es como nosotros ¿Y aun así nos mientes? -Break estaba muy enfadado y se veía en su cara, ambos se miraban desafiándose, sus gritos podían oírse desde la calle. - ¿POR QUE TE HAS ANTOJADO DE ELLA? ACUESTATE CON ELLA Y ECHALA DE AQUI, ASI SE ACABARIAN TODOS NUESTROS PROBLEMAS. Los ojos de Dante se incendiaron en cuanto las palabras de Break salieron por su boca, le agarro del cuello estampándole contra la pared. Empezaron a salirle unos colmillos largos de la boca y sus rasgos empezaron a cambiar, empezó a salirle pelo negro en los brazos. Se dirigió a Break con una voz animal, más parecida a un rugido que a la de un hombre. - ¡NI SE TE OCURRA VOLVER A HABLAR ASI DE ELLA! - ¡Aaaaaaah! -Pegué un grito, no lo pude evitar y salí corriendo con todas mis fuerzas. - ¡Kyria espera!