El día se levantó gris, parecía que el tiempo se había puesto de acuerdo con lo que iba a suceder hoy.
Paseaba por la plaza, allí habían colocado en piras de paja los cuerpos de las personas que habían fallecido en combate. Por la tarde iban a hacer un funeral para todos ellos y después prenderían fuego a esas piras de paja para que los espíritus de las personas que habían muerto pudieran reunirse con sus seres queridos para toda la eternidad, esas eran sus creencias y sus tradiciones, cada vez que alguien moría quemaban su cuerpo con la esperanza de que su alma llegara al otro mundo.
El cuerpo de Edon junto con el de Markan se encontraba en el centro de todos ellos, como respeto a Los Sabios que habían perdido su vida en el combate. Pese a que había tenido la oportunidad de despedirme de él, todavía no podía hacerme a la idea de que el que fuera mi mentor durante tanto tiempo ya no estuviera entre nosotros.
-Siempre fue diferente al resto de nosotros y no solo por su ropa. -Filtiarn