Capítulo 36

Los primeros rayos de Sol calentaban mi cara, notaba unos brazos fuertes que sujetaban mi cuerpo y lo cargaban. Abrí un poco los ojos, aunque la verdad es que me costaba mucho abrirlos, tuve que parpadear un par de veces antes de abrirlos por completo, cuando finalmente estaban abiertos me costó acostumbrarme a la claridad de la luz del día. Los brazos que me sujetaban eran los de Dante y el me miraba fijamente mientras cargaba conmigo.

- Lo conseguiste lobita.

La boca de Dante se torció en una media sonrisa, que pese a que intentaba sonreír podía percibir lo derrotado que estaba por dentro.

- Lo conseguimos, todos nosotros. -Aprete mis brazos alrededor de su cuello para coger impulso y lo bese. - ¿Dónde me llevas?

- A casa, después de lo que hiciste esta noche necesita descansar, agotaste todas tus energías y no podría perdonarme si te pasara algo después de todo lo que hemos vivido.

- ¿Y tú dónde vas? -Le mire con el ceño fruncido.

- Te dejare en tu cabaña y yo volveré aquí. Tengo q
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