Desperté.
La Luna Llena se alzadaba poderosa encima de nosotros, tumbado sobre mi pecho estaba Dante. La herida de mi pecho estaba completamente curada, lo único que quedaba era una pequeña cicatriz que me recordaría durante toda mi vida lo que había pasado. Me encontraba mejor que nunca, sentía una fuerza nueva y poderosa dentro de mí una fuerza que hasta ese momento nunca había sentido, pese a eso permanecía allí tumbada sobre el suelo, asimilando en mi cabeza todo lo que acababa de pasar.
Mis ojos miraban todo lo que tenían a su alrededor, analizando todo lo que ocurría. El cuerpo de Edon estaba cerca de nosotros, aunque era difícil verle allí tirado sonreía para mis adentros recordando como por fin se había rencontrado con Azumi después de tantos años y que por fin podrían vivir juntos y disfrutar durante toda la eternidad los años que mientras vivían les fueron arrebatados.
Muchas voces de victoria sonaban a mi alrededor, podía adivinar perfectamente quien eran los que se al