- ¡Estas preciosa amiga! -Esme me observaba como si fuera una muñeca.
- ¿De verdad lo crees?
No estaba muy segura de que ropa ponerme para una fiesta con un montón de hombres lobo, tampoco sabía muy bien de qué tipo eran esas fiestas o que hacían cuando celebraban algo. Asique opte por ponerme un vestido suelto con una tela vaporosa, allí en el Claro todavía hacía calor.
-Me sé de uno que va a babear literalmente cuando te vea. -Me empecé a reír. -No te rías que te lo digo totalmente en serio.
Esme se había convertido en una de mis mejores amigas, no había nadie en todo el Clan como ella, era la única persona que tenía la cualidad de hacerte reír, aunque hubieras tenido un mal día.
Cuando terminamos de prepararnos, las dos salimos juntas de mi cabaña y fuimos caminando hacia la plaza. Allí es donde celebraban la fiesta, pese a que acabábamos de salir, ya se podía escuchar a lo lejos el ruido de la gente que ya estaba allí.
- Oye ¿Has vuelto a tener algún sueño de esos tuyos picantones