Capitulo 36

—Shh, Alana. Solo quiero hablar contigo en privado...

Alana mira a todos lados, queriendo gritar, y el miedo se apodera de ella. Su corazón late con fuerza, y sus pensamientos se atropellan unos a otros. Su respiración se vuelve errática mientras sus ojos buscan una escapatoria.

—No grites, no quiero hacerte daño —susurra Jasiek, sus ojos penetrantes fijos en ella.

Dentro de la casa, la discusión entre Marc y Sergio se intensifica. Sergio, con el rostro enrojecido y los puños cerrados, trata de mantener la calma mientras Marc mueve sus manos en cada grito, lleno de frustración.

—¡Esto no era lo que quería para mi hija! Primero Jasiek y ahora Izan. ¿Qué le pasa a mi hija? ¡Juro que tendré una conversación con Izan! —grita Sergio, su voz temblando de ira y desesperación—. ¿ Alma, escuchaste lo que dijo en mi cara? que era su mujer. Solo de repetirlo quiero morirme. Izan es un mujeriego y para prueba, la pequeña que está arriba.

—Amor, calma. Entiende, Alana es una mujer, no es la peque
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