Capítulo 5

Capítulo 5

Una vez Connor y yo volvemos a estar solos, se acerca para retomar la conversación que estábamos teniendo.

—Sé que no me conoces, que no confías en mí, y no te pido que lo hagas, solo que me permitas ayudarte. Te prometo que no me deberás nada, Olivia. Solo… déjame hacer esto por ti —insiste empecinado. ¿Por qué le importa tanto?

—¿De qué se trata esto, señor Brooks?, ¿qué deuda intenta pagar conmigo? —cuestiono sospechando de que hay mucho más detrás de sus “buenas intenciones”. Decido hablarle de esa manera para mantener la distancia, cometí un error cuando lo comencé a tutear, le di pie a pensar que se había ganado mi confianza.

—De nada, no hay un trasfondo, solo mi deseo de apoyar a alguien que lo necesita —responde con el ceño fruncido.

—¿Soy un caso de caridad para usted? —le pregunto alzando las cejas con una sonrisa irónica.

—No dije eso —sisea negando con la cabeza.

—¿Por qué insiste tanto entonces?, ¿por qué le importa?

—Porque me siento responsable, yo te llevé a ese hotel, si no hubieras estado por esa zona, ese hombre no te habría lastimado y no estarías en una cama de hospital con diez jodidos puntos en tu cabeza —responde exacerbado.

—Usted no es responsable, fue culpa de ese tipo, no suya. Pero, si tanto quiere ayudarme, lo permitiré con una condición: le pagaré hasta el último centavo que gaste en mí —propongo sin encontrar otra opción, la verdad, no hay nadie más que pueda ayudarme en esta situación.

—Si es lo que quieres… —enuncia con un movimiento de hombros

—Sí, es lo que quiero —afirmo decidida. No importa cuánto tiempo me tome, pero le pagaré todo—. Y no tiene que quedarse, imagino que tiene ocupaciones más importantes que estar aquí conmigo.

—No hoy, cancelé el resto de mi agenda, pero puedo irme si es lo que deseas —dice sin dejar de mirarme de una manera que no soy capaz de descifrar.

—No, solo decía que, si tiene algo más que hacer, pude ir tranquilo —aclaro avergonzada, lo he tratado muy mal mientras él solo ha sido amable conmigo.

—No, puedo quedarme —menciona suavizando el gesto—. ¿Quieres comer o beber algo? Puedo conseguirte algo mejor de lo que sirven aquí —ofrece ladeando una sonrisa, un gesto que me provoca un no sé qué en el estómago. Es difícil ignorar lo guapo que es, cada momento que paso junto a él, me parece más atractivo.

—Sí, tengo algo de hambre, pero me urge más beber agua. Muero de sed. —Connor me sirve un vaso con agua y me lo acerca. Lo recibo con una palabra de agradecimiento y la bebo toda ante su atenta mirada. Es un poco incómodo que me mire así, quisiera saber lo que está pensando, qué pasa por su mente, qué opinión tiene de mí. ¿Le parezco guapa?

—¿Qué quieres comer? Puedo conseguir lo que se te antoje. —Me pregunta sacando su teléfono móvil del bolsillo de su pantalón.

—Cualquier cosa que pida estará bien —respondo con una risita nerviosa, esa que se me escapa de vez en cuando haciéndome ver como una completa tonta.

—Me gustaba más cuando me tuteabas, me hacía sentir menos… viejo —comenta haciendo un gesto con la cara de lo más gracioso que me hace reír—. Tienes una risa muy bonita —añade mirando mis labios y humedeciéndose los suyos.

¿Acaso piensa en besarme?

Mi duda se queda en el olvido cuando el teléfono de Connor timbra con una nueva llamada y sale de la habitación para contestar luego de disculparse conmigo. Sea quien sea, no quiere que escuche lo que tiene para decirle. Un minuto después, el médico entra y me examina, determinando que puedo irme. Me ha recetado analgésicos y me ha dicho que debo volver en unos días para una revisión de control, que descanse y que vaya con calma porque el golpe que recibí fue muy fuerte. Le pregunto que cuántos debo esperar antes de volver al trabajo y me aconseja que unos quince días. Pero eso es mucho tiempo, puedo perder mi trabajo en el club, eso sin decir lo mucho que necesito el dinero para vivir.

Connor entra cuando el médico sale y me pregunta qué me ha dicho, le respondo que me ha dado el alta y que debo volver en unos días para una revisión de control, lo demás, no es asunto suyo.

—Entonces iré a pagar la cuenta para llevarte a mi casa —anuncia como si no hubiera lanzado una bomba justo en mi cara. Pero ¿en qué momento acepté irme a su casa?

Estoy a punto de cuestionarle su imposición, pero él habla antes de que yo pueda hacerlo.

—Aceptaste mi ayuda y eso incluye que cuide de ti en tu recuperación, cuando estés bien, puedes irte o hacer lo que mejor te parezca —señala con precisión, como si fuera una decisión tomada.

—Está bien, pero solo será por unos días, hasta que consiga dónde quedarme —le advierto determinada, que sepa que no haré lo que él ordene y mande. Que me haya ayudado no me convierte en su propiedad.  

—Sí, como digas. Volveré en un momento.

Sale de la habitación y llamo a la enfermera para preguntarle por mi ropa, pero resulta que la botaron porque estaba empapada de sangre. ¿Qué se supone que me ponga para irme? Le pido como favor si puede conseguirme algo con lo que pueda salir del hospital y ella asegura que encontrará algo que pueda usar. Vuelve quince minutos después con un uniforme de enfermera y me lo pongo en el baño.

Cuando estoy de regreso en la habitación, veo que Connor está esperándome. Me mira y frunce el ceño al ver lo que traigo puesto.  

—Debí pedirle a Sergio que buscara ropa para ti —comenta haciéndome saber el motivo de su expresión.

—No, ya ha hecho suficiente por mí —me apresuro en decir, no quiero que piense que soy una aprovechada.

—Ya que lo mencionas, hay una forma en la que puedes pagarme —sugiere acercándose. Y lo primero que pienso es que me va a pedir que acepte su propuesta de casarme con él, pero no se trata de eso, es algo más simple—, deja de hablarme de usted.  

—Puedo hacer eso, aunque igual pagaré la factura del hospital.

—Supuse que dirías eso —enuncia sonriendo—. ¿Nos vamos?

—Sí, ya quiero salir de aquí, no me gustan los hospitales.

—Somos dos.

Salimos del hospital y nos dirigimos a su auto, que se encuentra cerca de la entrada de urgencias. Connor abre la puerta trasera para mí y la cierra luego de que me suba, rodea el vehículo y ocupa el puesto a mi lado indicándole a su chófer a dónde debe llevarnos. Y apenas se pone en marcha, empiezo a cuestionar mi decisión. Apenas conozco a Connor, no debería irme con él a su casa.  

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo