Mientras tanto, Blake estaba fuera de sí y fue mucho peor cuando su chofer perdió de vista el auto en el que iba Maddie.
Jervis sudaba ante la semejante presión a la que su jefe lo estaba sometiendo, conocía en demasía a Blake como para saber que reacciones podría tener ante situaciones adversas.
_ ¡Maldit@ sea Jervis! _ le gritó furioso _. ¿Cómo has podido perder a un simple taxi? ¡eres un maldito inútil! No sirves para nada _ le espetó golpeando el asiento con su puño, descargando toda su ira en ese golpe.
_ Lo siento ... lo siento señor... _ musitó con voz trémula el otro hombre _. Es que ese chofer, es bastante temerario a la hora de conducir, es muy peligroso andar así por las calles.
Blake apretó la mandíbula con fuerza.
_ Si le llega suceder algo a Maddie, lo mataré a él también. _ dijo con determinación, totalmente enceguecido por la furia.
Blake, sentía una inmensa angustia. Tal y como Maddie, apenas podía respirar ya que esa sensación desesperante, también lo invadía a él.