Mundo ficciónIniciar sesiónFabrizio Murrié es hijo un magnate la industria del chóclate en Estados Unidos. Desde niño Fabrizio ha tenido que soportar las humillaciones de la esposa de su padre y de sus hijos legítimos, además que presenció muchas veces el sufrimiento de su madre por ser la otra. Fabrizio creció lleno de rencor contra su padre y sus hermanos mayores, y desea poder algún día vengarse de ellos y hacerles pagar las lágrimas que su madre derramó por tantas humillaciones. Cuando el padre de Fabrizio y su heredero mueren en un accidente, a los Murrié no les queda de otra que dejar que Fabrizio sea el heredero de la receta, pues el otro está muerto, y ya no quedan hijos del difunto solteros, solo el . Ahora Fabrizio tiene la oportunidad vengarse la familia su padre.
Leer másIsabella cumplió dos meses de nacida, Lorenna no quería separarse de la pequeña ni por un momento, pero ese día era su cumpleaños, y Fabrizio quiso llevarla a cenar, solo los dos. Ignacio y Antonela fueron a buscar a la pequeña como a las seis de la tarde para que Lorenna pudiera alistarse, notaron que ella estaba algo nerviosa, era la primera vez que se iba a separar de la bebé, Antonella le dijo:—Isabella va a estar bien, disfruta la noche con tu esposo.—Pero es tan pequeña. —Ignacio le dijo:—Hija, también debes pasar tiempo con tu esposo, eso es muy importante.—Tu padre tiene razón, también necesitas compartir con Fabrizio.—Lo sé.—Isabella estará muy feliz si sus padres están felices. —Lorenna sonrió lánguidamente.—Está bien. A regañadientes aceptó, ella misma llevó a Isabella al auto de Ignacio y la puso en su silla y amarró en cinturón, luego le dio un beso.—Nos vemos mañana bebé, portate bien con tus abuelos.***Fabrizio llegó casi a las ocho de la noche a buscar a Lo
Pasaron casi cuatro meses, a Lorena solo le faltaba una semana para dar a luz a su bebé, ella y Fabrizio estaban viviendo en su propia casa, la que ambos habían elegido para comprar. Lorenna estaba muy entusiasmada arreglando la habitación del bebé y cada vez que veía ropa, juguetes y algún objeto decorativo para la habitación, lo compraba. Ese día llegó con un caballo de madera de esos que se mecen, lo encontró en una tienda de alfarería mexicana. Fabrizio llegó cuando estaba anocheciendo, ella le mostró el caballo.—Mira, ¿No es lindo?—Si, pero es algo peligroso, la niña podría caerse.—Nosotros estaremos con ella, lo dejaré en la habitación mientras sea una bebé, después la llevaré al jardín.—Buena idea. —Lorenna jadeó un poco y se agarró la panza.—¿Se movió?—Me dio una patadita, hoy ha estado inquieta y me duele cuando me golpea. —Fabrizio puso la mano sobre su panza y le habló a la bebé:—No seas tan brusca con tu madre, comportate como una señorita. —Lorenna sonrió.—Cuan
Fabrizio estaba solo en la habitación, tenía cerrado los ojos y parecía que estaba dormido, de pronto una mujer de cabello oscuro entró, caminó despacio para no hacer ruido y se acercó a la cama, se paró a un lado y se quedó observándolo, Fabrizio se apercibió y abrió los ojos, de inmediato se dio cuenta que se trataba de Mariangel que se valió de un disfraz para ingresar sin que nadie lo notara.—¡Mariangel! —Ella sonrió y se quitó la peluca que llevaba puesta.—Si, soy yo, ¿creíste que no vendría a verte después que estuviste a punto de morir?—¿A qué has venido? no deberías estar aquí, Lorenna puede llegar en cualquier momento.—Y tú no deberías temerle, yo no le tengo miedo — ¿No te basta con todo el daño que ya le hiciste?—Tu me lo hiciste a mí y no te importó, me utilizaste, luego me desechaste como un despojo, ¿Piensas que no tengo sentimientos? ¿Que no sufro tanto como ella? —Mariangel, las cosas siempre estuvieron claras entre tú y yo, por favor entiendelo. —Eres tan par
Pasaron cuatro semanas, las cuales fueron muy difíciles de sobrellevar, después pasó lo que todos estaban esperando, Fabrizio salió del coma. Lorenna se encontraba en casa esa mañana, estaba con Antonella y su padre en la habitación donde Ignacio estaba guardando reposo, de pronto sonó su celular, ella lo agarró y vió que se trataba de Fabián, cada vez que ella estaba en casa y alguien la llamaba de la clínica se ponía nerviosa, pues no sabía si tal vez recibiría alguna mala noticia.—Dime Fabián.—Fabrizio despertó. —A Lorenna se le llenaron de lágrimas los ojos y sonrió.—¡¿De verdad?!—Si.—¿Y cómo está?—Está desorientado, pero ya abrió sus ojos y habla, eso es lo importante.—¡Voy para allá! —Lorenna colgó la llamada y le dijo a sus padres.—¡Fabrizio despertó! —Ignacio comentó.—Ya nos hacía falta esta buena noticia, sobre todo tú, hijita, has estado sufriendo demasiado. —Antonella sonrió y dijo:—Tu padre tiene razón.—Iré a verlo.—Conduce con cuidado, no olvides que llevas a
Pasó un día, Fabrizio soportó la operación y se encontraba estable, pero aún estaba en estado crítico. Entre todos convencieron a Lorenna de ir a la casa a descansar, pues no había dormido nada en más de 24 horas. Ella no quería marcharse de la clínica, pues deseaba permanecer cerca de su padre y de Fabrizio, pero también comprendió que debía cuidar de su embarazo.Se dio una ducha, luego salió del baño envuelta una bata y se puso ropa para descansar, decidió buscar el celular que había dejado en la gaveta, entonces la abrió y tomó el pequeño artefacto, de pronto vió a un lado él sobre con los votos de Fabrizio, tomó una bocanada de aire y recordó aquellas palabras de Fabrizio frente al altar:«Estos son mis verdaderos votos»Se preguntó qué habría escrito, entonces agarró el sobre y se sentó frente al buró, allí lo abrió y sacó la hoja, la cual tenía escrito con puño y letra de Fabrizio , las palabras que ella hubiera deseado escuchar antes que se desatarán tantos problemas, comenzó
Fabrizio recibió el disparo en la espalda cerca de su pulmón derecho, no tardó mucho en comenzar a botar sangre por la boca. Ignacio despertó del desmayo algunos segundos después, él se encontraba menos grave que su yerno. Lorenna se acercó a Fabrizio y tocó su cara, él estaba luchando por respirar y la miró a los ojos, Lorenna comenzó a llorar. De pronto Fabrizio con una voz débil y entrecortada le dijo:—Perdoname… por todo el daño que te hice a ti, a todos, ahora sé que no debí, pero… ya es tarde. —Ella dijo entre sollozos.—No, no es tarde, vas a ponerte bien. —Fabrizio sonrió lánguidamente.—Si muero, jamás conoceré a nuestro hijo… dile que lo amé.—No vayas a morir, no puedes dejar a nuestro hijo sin su padre. —Fabrizio intentó decir algo más, pero de pronto cerró los ojos y perdió el conocimiento.***A la clínica llegaron miembros de ambas familias, incluyendo a Flavio y Héctor, Mariangel no podía presentarse después de lo que había hecho. Inés también estaba allí, sufriendo
Último capítulo