La vida de Leah Phillips parece perfecta, siendo dueña de una empresa de moda importante y con una boda que pronto se llevará a cabo, su nueva vida es la envidia de muchas, pero todo cambia cuando descubre los oscuros secretos que su prometido esconde. Adrián no solo ha traicionado su confianza, sino que también es el líder de la mafia, y en un arranque de ira, Leah comete un error que termina con la vida de Adrián. Atrapada en un laberinto de mentiras y peligro, su única salida a este problema es casarse con el gemelo de su prometido, el poderoso empresario Harry Lennox, quien parece que también tiene secretos que no quiere que salgan a la luz. Harry tendrá que hacerse pasar por Adrián y liderar la mafia, ¿surgirá amor en el proceso? Dicen que del odio al amor solo hay un paso, pero pocos te dicen que ese camino está lleno de sangre.
Leer másLeah
Creo que lo maté.
Se lo merecía por asesinar a papá, por su culpa murió, ¿no?
Quiero decir, hay sangre por todas partes, el agua de la bañera se tiñe de rojo, estoy a tiempo de llamar a la ambulancia, ¿verdad? Quizá la bala no dañó ningún órgano importante, aún podría sobrevivir. Con las manos aun temblando dejo caer la pistola y me apresuro a la sala para tomar mi teléfono, de pronto todo a mi alrededor se siente helado, estoy a punto de marcar al 911 y en ese momento llaman a la puerta.
Presa del pánico mi mente comienza a situarme en los peores escenarios posibles. Seguro es la policía, ellos saben que fui yo, todos lo sabrán. Al acercarme a la puerta veo algo completamente irreal, Adrián está frente a la puerta ¿Qué no está medio muerto en la bañera?
—¿Leah?
Tiene que ser una alucinación, parpadeo, incrédula ante lo que veo. Mis piernas flaquean, esto es una pesadilla, yo no quería que nada de esto pasara.
—Oye —se apresura a sostenerme antes de caer —¿Qué pasa? ¿Te sientes bien? —alterna su mirada entre mis pies y mi rostro —Leah —habla con cautela —¿De quién es la sangre?
Me tomo un par de segundos para intentar tranquilizarme y trato de que mi voz suene firme, ahora tiene más sentido, no es Adrián quien está frente a mí, sino su gemelo, Harry.
—De tu hermano.
Pero como toda buena historia, siempre hay que empezar por el principio, al menos así entenderás por qué hice lo que hice.
HACE 8 HORAS.
—¿Lista? —pregunta Daniela, mi mejor amiga —Solo es probarse un vestido no es la gran cosa, sal ya.
—El vestido de mi boda —le recuerdo mientras termino de acomodarlo —me caso en dos días por si no lo sabías.
—Créeme, sé que te vas a casar —dice con cierta irritación.
—Descuida que te seguiré manteniendo al tanto de mi vida.
Creo que estoy lista.
—Lista —abro la puerta y dejo que me vea —los ajustes son lindos ¿Qué opinas?
—Es más pequeño ¿no?
—Lo que importa es que luce bien.
—Te ves linda —se encoge de hombros.
—Daniela, has dicho lo mismo todas las veces que te he mostrado el vestido.
—Porque el vestido sigue siendo el mismo. ¿Qué pretendes con esto? ¿Ser el centro de atención?
—¿El día de mi boda? Por supuesto que quiero ser el centro de atención.
Su actitud últimamente me confunde.
—¿No se supone que deberías estar feliz por mí? ¿Qué diablos pasa contigo? Eres mi amiga.
—En realidad hay algo importante que tengo que decirte.
Me siento a su lado preocupada. Luce cansada.
—Yo —traga saliva y se niega a verme.
—Hey, sea lo que sea estaré contigo.
—No te va a gustar, Leah.
—Soy toda oídos.
—No podré asistir a la boda.
—¿Por qué?
—Me mudo en realidad, hay una oferta de trabajo que me hicieron hace tiempo y la acepté, iré a Noruega. Me voy mañana.
—¿En serio no puedes atrasar tu salida? Es mi boda y eres mi mejor amiga.
—Haré más daño si me quedo.
—¿De qué hablas?
—En algún momento te daré los detalles ¿De acuerdo? ¿Qué te parece si vamos de compras una última vez?
Asiento no muy convencida, regreso para quitarme el vestido y solo pienso en una cosa, ella no sabe cuándo volverá, y yo no tengo idea si en verdad regresará ¿A qué se refería con hacer daño? Algo le está pasando y lleva varias semanas así, debe haber algo más.
Necesito aligerar el ambiente.
—Tengo una reunión de trabajo importante para aclarar un par de cosas.
—La industria de la moda —comenta divertida —sin ti liderando todo seguro que habrían quebrado hace tiempo.
Me gustaba pensar que era cierto, por muy egoísta que sonara, quiero decir he trabajo duro durante mi vida para poder posicionarme como la dueña de la empresa, muchas veces recibí criticas ¿Qué lograrás con la moda? ¿En serio todo lo que haces es vender ropa? ¿Pasarelas? ¿Qué es eso? Es lo que me decían a menudo, me gustaría explicarles que es algo mucho más complejo, pero sus limitadas mentes no lo comprenderían.
La moda es arte, es un sinfín de posibilidades a nuestro alcance, habla sobre lo que somos y quienes queremos ser.
—Menos mal que llegué para liderar.
—Lamento que hayas tenido que perder a tu padre para que eso pasara.
Ah, la muerte de papá, otro tema complejo, prefiero no pensar en ello justo ahora, desde que murió mamá asumió la responsabilidad de su empresa dejándome al fin, tener libertad en mi empresa.
—Sí, todos lamentaron su perdida.
Mientras seguimos buscando ropa, encuentro a Dani en el área de lencería.
—Vaya ¿Piensas verte con alguien para decirle adiós? —la golpeo ligeramente con el codo.
—Leah —guarda la prenda como si fuera un delito que la viera —creí que seguirías buscando vestidos.
—Tengo los suficientes.
—Ah, sí, la prenda, no, no es para nada en especial, solo estaba viendo.
—Bien, ya tengo que irme, iré a pagar —comienzo a alejarme y me detiene del brazo —¿Ya me extrañas? Todavía no me voy.
—Quiero que sepas que eres mi mejor amiga ¿Sí? Siempre lo has sido, llegaste a mi vida cuando más lo necesitaba.
—Daniela, no quiero que te pongas sentimental en este momento, ya llegará nuestra despedida mañana.
—Lo siento —agacha la cabeza.
—No te disculpes, cuídate ¿Sí? Y si escogerás lencería, te recomiendo el rojo, los vuelve locos.
Había quedado de verme con Adrián, no importa si tenemos que posponer esta cena, tendremos toda la vida para estar juntos.
Llamada entrante: Adrián.
—Amor, justo estaba pensando en ti.
—Hola, cielo ¿Dónde estás?
—Manejando de camino a la empresa, siento tanto que nuestra cena deba cancelarse, pero el deber llama.
—No te preocupes mi vida, tendremos tiempo de sobra para estar juntos ¿Entonces no vendrás a casa?
—Me temo que no —veo el puente, estoy cerca de la empresa —¿Dónde estás tú ahora?
—Tu madre quiere que arregle un par de cosas antes de la boda, ya sabes debo dejar todo en orden o si no me matará, con eso de que es la nueva dueña se ha puesto mandona.
—Me imagino. Oye, no había tenido tiempo de decírtelo, pero Daniela se muda, ya que no estarás en casa imagino que tampoco podrá despedirse de ti, si tienes tiempo podemos llevarla mañana temprano al aeropuerto.
—Claro, amor. También tengo noticias, ahora que las cosas están mejor con mis padres me pidieron que invitara a Harry, el muy maldito dijo que no podía venir, ni siquiera le importó que se tratara de mi boda.
Harry, fueron contadas las veces que estuve con él, la verdad es que es un hombre insoportable, se cree la gran cosa por ser un importante empresario, es un engreído, que además alega que me odia cuando yo no he metido con él, me alegra no tener que verlo. parece que todo ser viviente le molesta.
—Es una pena, amor, seguro que ya habrá otra ocasión para que puedan verse.
—Sí, quizá, tengo que dejarte, cielo, me llama tu madre.
—Sí, hasta mañana.
Al llegar al edificio me apresuré a entrar, Lucas me acompañó con una sonrisa, de todos mis trabajadores, Lucas era el único en el que confiaba.
Trabaja en seguridad, siempre dije que era algo así como mi hacker personal, no sé si en realidad es muy inteligente o es que yo desconozco por completo el tema, pero siempre me ha sorprendido su conocimiento.
La reunión empieza y terminamos de presentar los planes.
—Karen —me dirijo a mi asistente —¿Tenemos libre la próxima semana?
—Estará en su luna de miel.
—La luna de miel —repito, pensativa —bien. Sharon encárgate de hablar con los inversionistas.
—Por supuesto, jefa.
—Creo que son todos los temas que deben ser tratados el día de hoy, estamos despedidos, buen trabajo, equipo.
Recojo mis cosas y los papeles mientras saco mi celular para llamarlo, quizá sí tenga oportunidad de estar con mi prometido.
—Leah ¿Tienes un momento? —bloquea el paso quedándose en la puerta.
—La verdad es que sí, pero estoy cansada ¿Esto es de vida o muerte?
—Yo diría que peor.
Eso llama mi atención.
—Supongo que no tendré mi cena con Adrián.
—Me temo que de eso tenemos que hablar.
—Bien, Lucas, tienes toda mi atención.
Cierro la puerta y tomamos asiento, podré estar al pendiente si alguien llega a interrumpirnos, las sala de reuniones es de cristal. Lucas saca su laptop y la deja frente a mí, hay una ventana abierta, pero la pantalla es negra, no hay nada aquí.
—Necesito que me digas si quieres las noticias malas o las muy, muy malas.
—Las malas.
Con un solo click la imagen aparece en la pantalla, al principio creo que no es nada del otro mundo, simplemente es Adrián revisando algo en su portafolio.
—Es mi novio.
—Sí ¿Recuerdas que se quedó una semana contigo?
—Sí, debió ser hace poco porque recién te pedí que instalaras las cámaras de seguridad en casa.
—Bueno, deberías escuchar lo que tiene que decir —me pasa unos audífonos y lo escucho con claridad.
Alguien toca a la puerta, Adrián le abre y regresan al comedor, son dos hombres vistiendo de traje, lo que uno saca del bolsillo me deja helada, es un arma.
—Misión cumplida, jefe.
¿Jefe?
—¿Supuso algún problema?
—No —responde el otro —cooperó y después lo asesinamos como pidió.
—Bien hecho, debo impresionar al jefe, alguien tan distinguido como Nick Lancaster me puede llevar a ser parte de la asamblea, debo entrar a cualquier costo ¿Sigue sin haber sospechas del padre de Leah?
—No hay sospechas, señor, todos siguen creyendo que fue un accidente de auto.
Creo que mi corazón se ha detenido en este momento, mi visión comienza a ser borrosa por las lágrimas que amenazan con salir.
—El patético señor Molina, creí que deshaciéndome de él tendría el camino libre, pero ahora es su esposa la que está al mando de la empresa.
—¿Quiere que acabemos con ella, señor?
—No —guarda el arma en el maletín —espera mis indicaciones, su paga ya fue enviada, gracias por los servicios prestados, caballeros.
—Permiso.
Observo como sube y lo deja en la habitación, me quito los audífonos sin poder creerlo.
—¿Qué es esto?
—Mis cámaras detectan actividad peligrosa, reconocen si hay un arma, explosivos o cualquier cosa similar, me había llegado una notificación, pero olvidé desactivarlas ya que, bueno, es tu casa, cuando vi el arma tuve que analizar la escena completa.
—Lo han llamado señor ¿Trabajan para él?
—Eso parece.
Por primera vez, siento que en realidad no sé nada de Adrián, ni siquiera puedo procesar que haya asesinado a mi padre, estuvo ahí conmigo, me acompañó al funeral, dio palabras ese día ¿Y todo este tiempo él fue el responsable?
—¿Quién es en realidad?
—Trabaja para…
—¡¿Para qué?!
—La mafia.
—No es posible.
—Eso no es todo.
—¿Quieres decir que hay más? —no me lo creo, en serio, no sé con qué clase de hombre pretendía casarme.
—Mejor velo tú misma, esto ocurrió ayer en la noche que no estuviste en tu casa.
La primera imagen basta para que el estómago se me revuelva, Adrián está besando a Daniela y no solo eso, están desnudos en mi cama.
Sea lo que sea que esté sintiendo justo ahora se está intensificando.
Sí, me estaba siendo infiel, por eso la hipócrita de Daniela no irá a la boda. Apago el portátil y me levanto molesta tomando mi bolsa.
—Espera ¿Qué quieres que haga?
—Ve a mi casa y quema mis sabanas.
Yo me dirijo al coche, conduciendo tensa al volante, voy directo a su casa, esta vez me va escuchar, a la velocidad con la que he conducido me sorprende no haber chocado, no tardo demasiado y por suerte, tengo la llave de su casa.
Entro furiosa porque ambos me vieron la cara y esto solo se pone peor cuando abro la puerta.
LeahTodavía me cuesta trabajo asimilar que estoy embarazada. Esto complicaría muchas cosas, para empezar que no puedo hacer todo lo que me pide la MOH a partir de ahora, al menos no mientras esté embarazada.He salido y regresado con la doctora, preferí no tocar el tema, pero las cosas se vuelven más difíciles estando con Michael y con Harry, ambos saben que algo no está bien.—Te has mantenido muy callada durante el camino al Golden Garden —Harry no aparta la mirada del frente, pero percibo el ambiente tenso—. ¿Hay algo que te haya dicho la doctora que te haya incomodado?—Todo está bien.—¿Segura? Mira, Leah, sé que no soy un ejemplo de hermano mayor, pero te quiero y lo sabes, si hay algo que te esté pasando puedes decírmelo.—Creo que primero me lo diría a mí, soy su esposo, ¿recuerdas?—Corrección, tu hermano es el esposo, tú solo eres una versión barata de él.—Ah, ¿de eso se trata?—Chicos —intervengo, pero me ignoran.—Pues no he dicho nada que no sea cierto, Harry. Además, e
LeahOdiaba esto. El simple hecho de estar viva me demostraba mi grado de inutilidad, nada estaba saliendo bien el día de hoy y eso que recién me levanto.El desayuno se me quemó, derramé el jugo en la alfombra, rompí mi blusa y por si no fuera poco me sentía mareada, cansada y con una sensación de asco recorriendo mi estómago. No, no era un buen día.—Ah, perfecto —menciona Harry poniéndose de pie para abrir la puerta—. Ya ha llegado.—¿Qué cosa?Regresa y deja una bolsa sobre la mesa debí imaginar que haría algo como esto, comienza a sacar la comida y deja los platos frente a nosotros.—Compraste el desayuno —concluyo.—Sí, estabas luchando con la cocina, pero tranquila, ganaste esta batalla —me sonríe y al menos logro tranquilizarme un poco.—Pruébalo, está delicioso.En el momento en que huelo la comida me entran ganas de vomitar y voy corriendo al baño, cierro la puerta con seguro y Harry toca con desesperación. Sigo vomitando, ¿cómo es eso posible? La verdad es que siento que ya
LeahHarry había permanecido ausente, al menos durante una hora, regresamos esa tarde a casa, no hizo más que llegar y encerrarse en la habitación, ¿qué se supone que tendría que haber hecho yo?Necesitaba espacio, como todos seguramente. Otra persona que no se tomó a bien la orden de Nick, fue Michael. Ya se me hacía extraño que no me dijera nada hasta que escuché que tocaron el timbre de la puerta. Era él.—Debe estar bromeando —entra en cuanto abro la puerta—. No permitiremos que te vayas con un psicópata.—Estoy contigo.—Soy tu hermano, no afecta. ¿Dónde se metió Harry?—En su habitación.Me mira con una ceja elevada, como si esperara que añadiera algo más, o tal vez quiere que le diga que es una broma.—¿Y?—No ha salido —menciono tomando asiento.—Bueno este hombre está haciendo drama como si fuera un niño pequeño, al carajo, no nos importa él, sino tú. ¿Qué vamos a hacer? —me quedo callada—. ¿Leah?Toma asiento a mi lado. Puede que llevemos muy poco tiempo conviviendo, pero si
Harry—Lo mataré, en serio.Me atrevo a hablar una vez que estamos de regreso en el edificio central, todavía no me cabe en la cabeza cómo es posible que alguien como Lucas haya podido traicionarnos, es que, ¿en qué rayos pensaba? Sabe cosas de la organización, tenía un papel que fungir con nosotros y de momento a otro, se olvida de todo eso.—Harry, no sabemos qué es lo que lo impulsó a irse, debe haber un buen motivo.—¿Todavía te atreves a defenderlo? ¡Fue traición!—Me sorprende que vaya a decir esto —interviene Michael—. Pero Harry tiene razón, eso es traición, Leah, ahora debe ser considerado como tal.—No hasta que se dé el veredicto final —refuta—. Tenemos que esperar a la junta de la asamblea, cuando todos se den cuenta que el verdadero villano aquí es Adrián podremos estar en paz y Lucas volverá con nosotrosNo lograba comprender cómo es que ella pudiera seguir creyendo que Lucas estaba de nuestro lado, ya dejó clara su posición.Nos dirigimos a la sala de reuniones, como es
LeahLa verdad es que no pude dormir, no sabiendo que quizá hoy podría morir y, la simple idea de perder a quienes me importaban resultaba aterradora, estamos a punto de detener esta guerra, aunque eso implique la extinción de un clan, pero prefiero que sea otro al mío.Harry y yo estábamos preparándonos, consiguiendo las armas necesarias para enfrentar lo que viniera, teníamos indicaciones claras por parte de Nick, no podías fallar o las siguientes cabezas que colgarían en el camino de desertores serían las nuestras.Es algo asqueroso si te detienes a pensarlo.—¿Estás bien? —está terminando de ponerse un par de cuchillos en una parte de su pantalón—. No has hablado mucho desde esta mañana y apenas y tocaste tu desayuno.—No tenía apetito.—¿Nerviosa? Creí que podías con esto y más —intenta bromear.—Sé que puedo hacerlo, pero no sé, es extraño, simplemente no tenía apetito, no me siento bien.Claro que culpo a la masacre por esto, ¿ustedes no estarían con el estómago revuelto si sup
LeahYo me estaba preparando para lo peor, una muerte segura porque sabía que no había probabilidades de salir con vida de esto, después recordé que no soy cualquier persona. Estoy casada con un mafioso.Tuve que llamar a la caballería pesada. Cameron y Key no tardaron tanto en llegar y al estar en un hospital de la MOH ni siquiera tuvieron que dar explicación alguna, trajeron un montón de objetos extraños con ellos, pero sé que todo sería útil, decidí que dejarlos trabajar en lo que saben hacer mejor en estos momentos.—¿Falta mucho?—Leah, no acabaremos más rápido solo porque estés preguntando lo mismo cada cinco minutos.—Cameron desapareció.—No, en realidad está —se escucha un ruido dentro del cuarto—. Oh, justo ahí, el conducto de ventilación nos será de mucha ayuda.Trato de mantenerme paciente con lo que sea que vayan a hacer, Cameron es más delgado que Key, quizá por eso él tuvo que ir a los ductos, con mucho cuidado comienza a bajar una especie de imán que no tengo idea para
Último capítulo