Casados por nuestros bebés subrogados
Casados por nuestros bebés subrogados
Por: Escritora Palacio
Inseminación artificial

Lena Maxwell, es una mujer hermosa y de corazon humilde, está en el mejor día se vida, contraer el sagrado matrimonio junto al hombre que ama profundamente.

Está hermosa y radiante con su vestido de novia, está esperando amciosa la pregunta que para ella es más emocionante.

—Lena Maxwell, ¿Aceptas a Alexander, para amarlo y respetarlo, hasta que la muerte los separé

—¡Aceptó!— afirmó con una gran sonrisa, voltea a mirar a su prometido muy ilusionada

—Alexander Benavides ¿Aceptas a Lena...— El padre ha sido interrumpido, por una mujer que protesta con enojó y sufrimiento

El corazón de Lena se detiene por segundos, al oír las palabras de la mujer, ella se gira como en cámara lenta para mirarla.

—¡Alexander! ¿Por qué te vas a casar con esa mujer si no la amas, a mí si me amas, ¡Estoy embarazada y mi hijo merece tener a su padre! y tú cruel mujer estás siendo un impedimento— la mujer desconocida para Lena, la señala muy sulfurada

Lena mira a la amante de su prometido, con una barriga aproximadamente 4 meses, todo este tiempo la estuvo engañando.

—¿Qué has dicho?— fueron las únicas palabras que pudo pronunciar Lena, para luego voltear a mirar a su prometido

Pero él muy canalla no pronuncia palabra alguna, por lo que Lena vuelve a mirar a la mujer, y luego a las personas que la engañan en el según mejor día se vida, para su desgracia sus padres, que le han hecho la vida imposible, la están mirando con decepción, por lo que Lena está sintiendo pánico.

—¡Por favor, dime qué no es verdad!— Lena se acerca a su prometido y lo sacude para que le responda.

Pero el hombre del traje se limitó a agachar la cabeza avergonzado, y ante los invitados y el padre, no le importo los sentimientos de Lena, porque se acercó a la embarazada, la cogió inmediatamente de la mano dándole prioridad.

Lena abre los ojos como si se le fueran a salir de las cuentas, para luego tornarse llorosos, y las lágrimas se empiezan a deslizar por sus mejillas, demostrando su dolor.

—Lo siento Lena— susurro Alexander —el motivó por el que me iba a casar contigo, era para tener un hijo, no porque te ame, pero esta mujer ya tiene mi heredero en su vientre, fue un error al pensar casarme contigo, lo siento

—¡¡Me engañaste todo este tiempo!! En un lugar tan sagrado, ¿¡Me pides que perdone tu traición!? ¿Hablas en serio?— Lena siente como su corazón se le hace añicos, incluso está respirando con difícultad

Lena escucha a la gente murmura, y lo peor de todo, es que sus padres se acercan muy disgustados.

—¡Eres una vergüenza!— su madre la abofeteó ante todo el público

—¡Haz perdido a un buen partido y todo por no darle un hijo!— la señala su padre

Lena acaricia su mejilla adolorida, y con llanto incontrolable, contempla como su prometido se marcha con su amante.

Cansada de oír los reclamos de sus padres y las murmuraciones de los invitados, Lena toma la decisión de irse, pero sus ojos están tan llenos de lágrimas que no podía ver el camino. Dejó caer el ramo indignada, y estaba a punto de alejarse cuando cayó pesadamente al suelo porque los tacones le pesaban demasiado. Se levantó con gran dificultad y sale corriendo de la iglesia, pero algo no puede ser más humillante, y es ver a su prometido besarse con su amante.

—¡Malditas mentiras, no volveré a confiar en un hombre en mi vida!— se juró a su misma

Para ella, ese sentimiento de amar está guardado en un cofre bajo llave, donde será difícil que un hombre tenga ese acceso.

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Han pasado 10 años desde aquella fatal experiencia para Lena. Aunque ella es de bajo recursos, fue una excelente estudiante y se destacó para lograr graduarse con honores como cirujana profesional.

Pero sus padres no dejan de exigirle que debe conseguir un marido y conformar un hogar, ella se niega rotundamente a tener un hombre a su lado.

Ahora la mujer tiene 33 años y tomó la decisión de querer tener un hijo.

—¿Señorita Lena?— pregunta la enferma.

Lena se coloca de pie, aunque está un poco nerviosa, no sabrá si su elección podrá resultar —siga por favor

Al entrar al consultorio, Lena es recibida por el Doctor Jones.

—señorita Lena, le tengo excelentes noticias, usted está capacitada para la inseminación artificial, le vuelvo a recalcar, un pequeño porcentaje no es seguro de su efectividad.

—me alegra escuchar eso, doctor, por favor, no importa como vaya a hacer mi bebé, con tal que sea guapo— sonríe Lena —lo único que quiero realmente es que sea sano

—descuide, ahora lo que debemos hacer es programar la cita para realizar la inseminación

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Días después...

—madre en estos momentos estoy ocupada— trata de evadir Lena a su madre, la cual ya ronda los 70 años de edad.

—hija no seas egoísta, te llamo para saber ¿Cómo estás?

—bien— responde sin importancia y prende la cafetera

—¡Perfecto! Por cierto hija, tú padre vio una página en internet de citas a ciegas, allí podrás conocer a tu media naranja

—¿Es enserio mamá? ¿Qué clase de padres tengo? ¡Eso es una locura! Me niego hacerlo

—¡Locura es que estés a tus 33 años soltera! ¿Acaso piensas quedarte sola toda la vida? ¿O crees que a tu vejez, un hombre te va a cotejar?— la señora Maxwell habla en voz alta

—como te digo, estoy muy ocupada madre, te hablo luego— Lena cuelga la llamada dejando a su madre aún más furiosa.

El Sr. y la Sra. Maxwell, con problemas de infertilidad, adoptaron a Lena hace 30 años, para entonces Lena era una bebé abandonada, en un orfanato así que nadie sabían quienes eran sus padres biológicos.

Pero vivir con los Maxwell era un infierno, ella nunca recibió ese amor de madre y protección de padre, por lo tanto, al cumplir sus 18 años, ella toma la decisión de ser independiente, debido a que siendo tan joven recibió una beca en la universidad de medicina más importante es su país, aunque para sus padres era algo insignificante, para ella era una gran oportunidad la cual no desaprovechó porque se convirtió en una médica cirujana exitosa

Despues de la boda que marco su vida, la vida de Lena no es tan interesante, de hecho lo único que la hace sentir plena es su profesión, por eso una de las razones por la que decide ser madre, es porque se siente capacitada con su sueldo y su edad de acuerda de madurez para tener una responsabilidad tan grande.

Día de inseminación artificial.

Lena regresa a casa, solo desea que todo salga bien, incluso, piensa en tomar un pequeño descanso, unos días relajantes, ya que su profesión como cirujana es algo pesado. Pero esa paz interior se desvanece al entrar a su apartamento.

—¿Qué hacen aquí?— pregunta Lena sin muchos ánimos, aunque ama y agradece mucho a sus padres adoptivos, le molesta el hecho de que quieran tomar decisiones sobre su vida y ella lo que necesita en estos momento es tranquilidad.

—esto te va a encantar hija, tomamos la decisión de venir a vivir a Manhattan. ¿No es eso grandioso?

—¿¡Qué!?— Lena hace un gesto de asombro, sabe lo que se le aproxima

—es para asegurarnos de que si estés en busca de un esposo, tu padre te va echar una mano, ¿Qué eso eso que traes en tus manos?— la señora Maxwell le arrebata la ficha del laboratorio.

Lena intentó agarrarlo pero su madre es muy audaz.

—¡Lena!— exclama su madre abriendo sus ojos en par, la señora con disgusto extiende la prueba a su señor marido, este de manera apresura leé la ficha

—¡Inaceptable Lena! ¿Cómo te atreviste a hacer eso?— el gruñido de su padre la hace sentirse estresada

—¡Basta, ustedes dos!— interrumpe ella los regaños de sus padres —¡Yo vivo mi vida a mi antojo! ¡Estoy harta de que todo el tiempo ustedes quieran manejar mi vida! Por primera vez estoy feliz y lo único hacen es arruinar mi día

—eres hermosa y profesional, pudiste haber tenido una relación estable con un cirujano o un hombre apuesto de tu círculo médico, así hubieras socializado al menos con la clase media, pero has perdido completamente con esta tontería, el día de mañana ¿Quién te hará una propuesta de matrimonio con un hijo? ¡Nadie lo hace! Te has perdido la oportunidad de tener un hogar maravilloso y prestigioso.

—es increíble que me digas eso madre, saben que... están en su casa— Lena se marchó a su habitación, la mujer está destrozada por las fuertes palabras que su madre no midió al decirlas.

Pero los padres de Lena, no la dejan en paz, se van detrás de ella insistiendo.

—Lena, tienes que casarte, tu padre y yo estamos viejos y Dios sabe cuánto tiempo más podremos estar contigo y ayudarte... Necesitas un hombre a tu lado que te cuide durante décadas y criar a un niño, no puedes hacerlo sola, dejas al niño sin padre Lena, vas a sufrir mucho sin una pareja estamos haciendo esto por tu bien. ¡Por el amor de Dios escucha a tus padres!

—Hija, eliges dejar a tu hijo sin padre y no estás siendo justa con el niño.

No han conseguido intimidar a Lena y tratan de educarla intentando ¿Qué, someterla?

Lena no puede soportarlo más, ¿Qué clase de padres puede chantajear a su propia hija emocionalmente así?

Ella toma la decisión de no tomar aquel descanso e irse a trabajar, ahora que sus padres tomaron la decisión de vivir cerca de ella, la van a estar asfixiando con el tema de un esposo.

Empaca lo necesario y al salir de su habitación, sus padres están murmurando sobre ella, por lo que niega con la cabeza y pasa sin pronunciar palabra alguna.

Al salir de su apartamento, vuelve a respirar paz.

Lena entra a la clínica baja de ánimos, las palabras de sus padres rondan por su cabeza como una esclavitud tormentosa.

Solo una cosa conmovió a Lena, y fue el hecho de que su hijo no tendría padre.

《Pero... puedo ser padre y madre al mismo tiempo... Aún así no tengo la intención de encontrar otro hombre.》—Se dijo a sí misma determinadamente.

La mujer está sumida en sus pensamientos, pero luego algo llamó su atención, en toda la entrada de emergencias, los enfermeros auxiliares están sacando de la ambulancia a un hombre gravemente herido.

La enfermera Natalia, esta cubierta de sangre, por ayudar a los heridos.

Natalia mira a Lena, pero puede verla con su mirada perdida, por lo que Lena aterriza al contemplar la gravedad del asunto, asintió e inmediatamente corrió al quirófano para cambiarse de ropa, el caso es urgente y tenía que salvar la vida de este hombre.

El hombre es arrastrado en la camilla hacia la sala de emergencia quirúrgica.

Al estar cerca, puede ver que ese hombre es guapísimo a pesar de la situación en la que se encuentra, pero sacude sus pensamientos y se dispone a atender la emergencia.

Lena se prepara para la cirugía luego de haber realizado una rápida inspección, aquella habitación se volvió un momento muy crítico, ya que el hombre está entre la vida y la muerte, por causa de un accidente automovilístico, el cual le dejó fracturas en todo el cuerpo, hasta la pelvis, por lo que Lena aplica inmediatamente anestesia para proceder la cirugía.

En ese momento, el hombre bajo aquella Anestesia general, tiende a ver unos preciosos ojos color verde joya, quizás porque estaba delirando, o un sueño, pero esos hermosos ojos tan intensos, llamo su atención y más porque el rostro de esa mujer, es igual al de la mujer que él ama.

Y por tan solo eso, sintió ese anhelo de volverla a ver, como motivo de aliento para no dejar de luchar por su vida.

Luego de horas, en las que Lena hizo todo lo posible, junto a su equipo de trabajo logró salvarle la vida al hombre, pero sintió lástima por él, por las condiciones en que quedó.

Lo que no sabe Lena, es que ese hombre es el CEO Cristhofer Di Monti, cayó en manos de su peor rival, que por venganza al haber logrado cerrar un trato exitoso planeó cortar los frenos del automóvil, causando ese gravísimo accidente en vía principal de las afueras de la ciudad.

Luego del proceso quirúrgico, Cristhofer recibe la visita de sus padres, los cuales estuvieron en gran angustia de perder la vida de su único y apreciado hijo.

Qué al entrar a la habitación de UCI, está en profundo sueño.

La señora Di Monti, observa a su hijo con melancolía, ella junto a su esposo, han buscando pretendientes que encajen en su estatus familiar, pero el CEO se ha negado rotundamente a la petición de sus padres, porque el corazón de Cristhofer atesora ha una chica imposible de tener.

—Un permiso señor y señora Di Monti, necesito terminar de rellenar la información del paciente— habla amablemente la enfermera Natalia.

—¡Qué sucede con mi hijo!— pregunta la señora Di Monti, la mujer tiene un fuerte temperamento, incluso, más que él de su esposo, por eso siempre habla de manera demandante

La enfermera es consciente que la noticia que debe dar, no la van a tomar con calma, ya que ha llegado a suceder en otros casos.

—el señor Cristhofer Di Monti, ha perdido la mayor parte de su fertilidad

—¡Mientes!— interviene el padre de Cristhofer

—lo lamento señor Di Monti

—¡¡Cállate bastarda!! Me dices en este momento ¿Quién hizo la cirugía? Porque estoy segura que esto es un error médico— se altera la señora Di Monti, es angustiante que su hijo, no vaya a poder dar un heredero

—fue... La Doctora Lena Maxwell.

—mi hijo no será estéril, ¡¡Exijo que esa disque "Doctora" sea despedida de esta clínica!!

—Lo lamento señora Di Monti, pero... La Doctora Maxwell es la mejor en este hospital

—¿Estás cuestionando mis órdenes? ¡Exijo hablar con el director del hospital! Voy a demandar a esa doctora insolente por haber dejado a mi hijo Estéril

En ese momento Cristhofer Di Monti, recobra el sentido, y escucho claramente "Estéril". Al abrir sus ojos, pensó que se encontraría con aquellos lindos ojos color verde joya, pero no es así, se topa con su triste realidad.

—¡Dónde estoy!— susurra él, apenas despierta, y su cuerpo está totalmente débil, incluso le cuesta hablar

—aquí estamos cariño, no te preocupes por nada

—el auto... Los frenos— habla con dificultad Cristhofer

—no te esfuerces hijo mío, ya ordene una investigación a fondo— se acerca su padre Alonso, para él, su hijo lo es todo

El hombre intentó moverse, pero se encontró con todo el cuerpo inmovilizado, cubierto de yeso y vendas, no podía moverse en absoluto.

—descuida cariño, estoy segura que lo que hicieron fue perjudicar tu salid, esto no se va a quedar así, y tú, vete— señala la señora Di Monti a la enfermera Natalia

—les pido un permiso— la enferma se marcha con su mirada fija al suelo, ya que la actitud de la mujer de la tercera edad cada vez, es más cruel, y eso no lo puede soportar

—escuche lo que estabas diciendo, no me importa ser esteril, tuve suerte de recuperar mi vida.— habla el CEO con firmeza.

—¿¡Qué!?— aquella preocupación por parte de su padre, desapareció, enojo fue lo que incrementó, pero por causa de su hijo y su poca entrega de responsabilidad por la familia en dar un heredero

—hijo no hables de esa manera, tú debes es cumplir con dar un heredero para el futuro de esta familia

Cristhofer se sume en sus pensamientos, el hombre desea casarse con la mujer que ama, pero lastimosamente ella, ya está en sagrado matrimonio aunque él no pierde las esperanzas, de que la mujer de sus sueños regrese.

—¡Estás delirando por la m*****a Anestesia!— soltó un gruñido el señor Di Monti

—querido, nuestro hijo aún no está del todo bien, buscaremos una solución, le haremos pagar a esa cirujana por su falta de profesionalismo.

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Por otro lado Lena está en su consultorio y la enfermera Natalia ingresa con una expresión en su rostro de preocupación.

—¿Qué sucede Natalia?— pregunta dejando a un lado la carpeta marrón donde estaba mirando una pequeña información sobre el paciente Di Monti

—Jefe lo que pasa es que los padres del hombre que usted le salvó la vida, están furiosos.

Ellos dicen que usted hizo mal el trabajo, que desagradables son, cuando usted lo que hizo fue salvarle la vida al CEO , dicen que quieren hablar con el dueño del hospital.

—¿Por qué? ¿El paciente está despierto?

—porque su hijo ahora es esteril.

—pero el paciente fue reanimado después de que su familia firmará un consentimiento informativo para la operación, deberían ser perfectamente conscientes de que había riesgos, así que ¿Qué piden ahora? -- Lena frunció el ceño.

—No lo sé. De verdad Lena lo siento por ti, estuviste en el quirófano durante más de diez horas seguidas. Todo el tiempo estuviste reanimando a ese paciente. Lena, estoy preocupada, están de mal humor, no sé qué van a hacer.

—Deja de preocuparte Natalia, aunque estén de mal humor, tienen que seguir las normas, que se quejen de mí, yo lo espero, ese es el problema de toparse con gente millonaria, si así son los padres, me imagino al CEO cuando me vea, puede ser muy guapo a pesar de su condición y ser el CEO más temible, pero no me pienso dejar de él ni de nadie

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