Dijiste ¿Bebés?

Ha pasado un mes desde el rescate del CEO, y la esperada denuncia no le llegó a Lena, quien se tomó la tarde de este día porque iba a ir al centro de fertilidad a revisarse nuevamente hoy.

[...]

—felicidades, está embarazada— esas palabras del doctor provocaron pasmos en el corazón de Lena, la mujer se coloca de pie y sonríe llena de felicidad

—¡Seré madre!— exclama ella con una felicidad contagiosa

—fue un éxito, recuerde tener reposo, una buena alimentación, sus vitaminas, la enfermera te dará unas indicaciones por escrito

—Doctor estoy sumamente agradecida, me cuidaré muy bien.

Fue tanta la emoción de Lena, que la mujer antes de irse al hospital a trabajar, pasa por un farmacia y compra sus vitaminas, no haya la hora en que su panza crezca y pueda ver a su bebé, tenerlo entre sus brazos y darle todo el amor del mundo.

Al llegar a su despacho, cuando Lena abrió la puerta de la oficina, encontró a una anciana parada adentro, frunciendo los labios y mirándola con impaciencia.

—¿Así es como trata a los familiares de los pacientes, haciendo que sus buscadores esperen sin razón, Dr. Maxwell?

Lena sabe a quién se está enfrentando.

—Los médicos también tienen derecho a vacaciones, señora.

—¡Cállate! No sabes cuánto te desprecio ¿Creés que no sé dónde has estado? Fuiste al centro de fertilidad, ¿verdad? ¡Y estás embarazada!

—Señora, ¿cuál es su intención, por qué me investiga?

—¡Tú!— la señala la señora Di Monti dando pasos firmes hacia Lena, para quedar frente a ella —eres de lo peor, por tu m*****a culpa la descendencia de los Di Monti está en riesgo, lo hiciste a propósito sabiendo de qué se trata de un CEO ¡Te quedaste embarazada pero dejaste estéril a mi hijo!

Lena sonríe con amargura, no puede asimilar todo lo que la señora de la tercera edad le está diciendo.

—no sabía quién era, y tampoco me interesa, se supone que es más importante la vida del CEO, la vida es más importante

—tenias que ser una una pobretona para no entender la gravedad de la situación, eres una pésima cirujana, te voy a denunciar, te voy a destruir, hablaré con el director

Lena piensa rápidamente, es que no le conviene, ya que tiene una vida en su vientre, y necesita seguir ganando dinero para ahorrar más, y que a su bebé nunca le falte nada, ya que será madre soltera.

—señora con todo respeto, solo hice mi trabajo y lamento mucho que su hijo esté pasando por ello, pero no debería tomar una determinación tan cruel.

—¡Cállate!— la señora Di Monti empuja a Lena, en sí no fue un empujón fuerte, pero Lena al retroceder, tropieza y cae al suelo, un golpe fuerte que la hace gritar de la angustia, nada más de pensar en su bebé.

—¡Duele, duele mucho!—Gotas de sudor bajaron de su frente.

—No finjas, ¿Qué es esto comparado con el dolor de que mi hijo no pueda tener hijos? Ni siquiera así puedes compensar el dolor de que mi hijo no pueda tener hijos, espera la citación judicial , Dra Maxwell.— Tras decir esto, la anciana se volvió despiadada hacia Lena, que estaba agachada en el suelo de dolor, y se alejó rápidamente.

Lena se retorció de dolor en el suelo, se dio cuenta de que sangraba por el trasero y, estremeciéndose por el dolor, sacó el móvil dispuesta a llamar a Natalia.

Lamentablemente, la llamada no fue atendida.

En ese momento, Sebastián, amigo de Lena que trabajaba en la oficina de al lado, ha oído una discusión en la consulta de Lena, así que no ha podido resistirse a escuchar un rato en su propia consulta. Lleva mucho tiempo enamorado de Lena en silencio, pero sólo se atreve a seguir todos sus movimientos en privado y a escondidas, porque ella le ha dicho que no piensa casarse.

Hasta que no terminó la discusión y el despacho quedó en silencio, Seba se dio cuenta de que algo iba mal.

—¡Lena!— dijo este con preocupación y mira como ella coloca sus manos en su vientre

—¡Ayúdame Sebastián! Mi hijo...— Lena siente dolor en su panza, Sebastián no se esperaba que ella estuviera en embarazo

—mantén la calma Lena, te llevaré al área de maternidad— Sebastián la carga entre sus brazos

Sebastian trata de caminar rápidamente al área de maternidad, mientras que Lena se aferra a él con sus ojos llorosos.

Ella es médica, conoce esta situación y no puede emocionarse demasiado, por lo que trata de controlar su tristeza.

《Lena rezó en su corazón: Dios mío, por favor mantén a mi hijo a salvo, daría cualquier cosa》

Al llegar al área de maternidad

—Lo siento, pero los hombres no pueden entrar aquí. Tienes que esperar— la enfermera trató de detener a Sebastián

—¿Estan ciegas chicas?, ¡este es el médico!, tus colegas, ¡por el amor de Dios!

—si esperan un poco más, el bebé corre riesgo— hablo enojado Sebastián

—¡Está embarazada y tuvo una caída!— dijo él con dificultad, ya que correr con Lena entre sus brazos lo agotó

—¡¡Rápido, colócala con cuidado en la camilla!!— ordena la doctora y prende la maquinaria de eco

Lena está siendo examinada, sintió que el dolor en su estómago se intensificó, a pesar de que estaba sangrando, todavía no se atrevía a llorar, de lo contrario, causaría una hemorragia causada por la agitación emocional, y nadie podría salvar al niño.

La doctora procede hacer el eco, mientras que Sebastián le brinda su apoyo, es tanto el amor que siente por Lena, que está feliz de que esté embarazada, aunque no sea de él.

—aquí está— habla la doctora al ver aquel punto que indica que ahí hay un embarazo, —¿Dices que un bebé?— pregunta la doctora frunciendo el ceño —es un milagro Lena, tus bebés son fuertes, están sanos.

—Pero sangre, ¿estás segura de que no afectó a mi bebé? Espera, dijiste ¿Bebés?— pregunta Lena y su corazón palpita rápidamente.

—son gemelos— aquella gran noticia impacta a Lena, ella deseaba tener un solo bebé, pero ahora su bendición es doble, no lo puede creer, está boquiabierta, ahora que no fue un caos, ella fija su mirada en la pantalla y efectivamente ahí dos puntos negros extraños, Lena tiene sus emociones a flor de piel.

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