Adam apretó sus labios mientras la veía fijamente, “ya salió con sus cosas” pensó. Le dio una pequeña bofetada a Sasha, pero sabía que había sido bastante suave para lo que ella deseaba. Así que volvió a golpearla, pero esta vez con más fuerza.
La chica soltó un pequeño grito, algo que asustó al joven, ¿se había propasado?
La mejilla de Sasha quedó colorada, aunque, ella sonreía y después soltó una pequeña carcajada.
—Así me encanta —dijo mientras se abalanzaba a besarlo.
—Eres una diabla, te gusta el sadomasoquismo —la hizo tumbarse boca arriba de la cama y la tomó de las manos—. ¿Quieres que te haga llorar?
Aquella pregunta la sorprendió, pero después comenzó a reír como niña pequeña.
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