—Gonzalo, cuando todo esto termine, nos vamos de aquí, ¿está bien?
—Quiero alejarme de todo este lío.
—No tenemos que irnos a otra ciudad, basta con salir del centro.
Chloe recordó que su empresa aún estaba en Ciudad Río, solo que no en el centro de la ciudad.
Por ahora no quería trasladar la empresa que le había costado varios años construir.
Cambiar la ubicación de la empresa significaba empezar de nuevo, lo que no favorecía su desarrollo.
Gonzalo respondió con seriedad, —Si quieres irte, yo te acompañaré. ¡Ya te lo he dicho, mi vida solo te pertenece a ti!
Ya fuera por motivos oficiales o personales, él solo existía para Chloe.
Chloe miró a Gonzalo, viendo amor en sus ojos.
De repente, Chloe pensó que aquel hombre era muy guapo, aunque no tanto como Luna ni como los hombres de la familia York, en comparación con la gente corriente, era bastante atractivo.
Gonzalo sería la pareja digna de ella.
—Gonzalo, si te dijera que nos casemos, ¿lo aceptarías?
Preguntó Chloe de repente.
Sabía q