Ella le dio unos golpecitos en la frente a Chloe con el dedo, enfadada, y le gritó, —¿Qué tienes en la cabeza? ¿Por qué eres tan terca?
—¿Por qué te importa lo que pasó hace décadas? Ahora soy yo, tu madre, quien manda en la familia Fisher, no tu tía. Valencia murió hacía décadas. Los tiempos han cambiado.
—Mira a todos los emperadores de la antigüedad, ¿cuál de ellos ascendió al trono sin pasar por matanzas y violencia?
—¡Imposible, absolutamente imposible!
Chloe se quedó en silencio.
Por mucho que su madre la regañara, ella no estaba de acuerdo con sus palabras.
Quería retirarse de esa lucha, pensando que con sus habilidades podía tener su propio negocio.
Así podría vivir con dignidad, sin que la gente hablara a sus espaldas.
Al ver que Chloe no decía nada, Sandra supo que todo lo que había dicho fue en vano.
Su hija tenía sus propias ideas y ella no podía controlarlas.
Sandra respiró hondo varias veces y dejó de intentar convencer a su hija.
—Si tú no quieres hacerlo, lo haré yo. Si