Después de que ella y Zachary se casaran, Zachary conocía sus preferencias y le preparaba muchos tentempiés, sobre todo cuando se quedó embarazada. Zachary siempre se preocupaba de que ella y el bebé tuvieran hambre, y comprobaba una vez al día si tenía suficientes snacks en el coche.
Zachary era cada vez más cuidadoso y considerado con ella.
Serenity disfrutaba del amor pleno de su marido y se sentía cálida en su corazón.
Estaba agradecida por haber tenido la suerte de conocer a Zachary y haberse casado con el hombre perfecto.
—¿Quieres traer algunos pasteles para el camino? Se tarda mucho rato en llegar a Villa de la Avena desde aquí.
Todos estaban preocupados por si Serenity pasaba hambre en el camino.
Serenity lo pensó y siguió el consejo de traer dos cajas de pasteles, más que nada para tranquilizar a los mayores también.
Al salir, se encontraron con Dalia, que aparecía como la señora Robinson, seguida de los mismos dos guardaespaldas de la familia Robinson.
—Señora York.
Dalia sa