—Clive, ¿quién es?
Alice oyó a su marido al teléfono y se incorporó dispuesta a coger a su hijo que lloraba.
—Cariño, no, no lo hagas. No se tomará la leche de fórmula si lo coges en brazos.
Clive se apresuró a detener a su esposa.
—Es listo, en cuanto te huela, no se beberá la leche de fórmula.
Alice detuvo entonces su movimiento.
—El mayordomo me llamó y dijo que unos ancianos vinieron a buscar a mamá. Dijeron que uno de ellos es la persona que mamá está buscando.
Dijo Clive mientras preparaba la leche, —No sé si será verdad o no. Bajaré a comprobarlo en cuanto Adam se coma la leche.
—¿La persona que mamá ha estado buscando? ¿Es el asistente que estaba con la abuela cuando vivía?
Alice sabía de la vida de su suegra y de su historia con la familia Fisher.
También sabía que su marido había conseguido que alguien ayudara a su madre a buscar a ese hombre, pero nunca lo encontró.
Al fin y al cabo, habían pasado décadas, y aunque su suegra aún recordara el aspecto del asistente, su aspecto