—Señorita Cristina.Axel y Miguel se pararon en la puerta de la oficina.
Cuando la puerta se abrió, los dos saludaron respetuosamente a Cristina.
Era casi la hora de salir de trabajo.
La secretaria también iba a almorzar.
Axel calculó el tiempo justo, trayendo la comida recién preparada unos minutos antes de la hora de salir el trabajo, para poder hacer un perfecto reparto con el personal de la empresa y no restarle tiempo de trabajo a Belén.
Tardaron varios minutos en llegar desde el comedor hasta el edificio de oficinas y subir a la última planta en el ascensor.
—Miguel, Axel, ya estáis aquí.
Cristina hizo un gesto a los dos hombres para que entraran.
—Acabamos de terminar el trabajo.
Miguel y Axel entraron uno detrás de otro.
—Señorita Belén.
Los dos saludaron con respeto a Belén. Luego, se acercaron al sofá y dejaron las fiambreras isotérmicas. Las abrieron, sacaron la comida bien calentita y la colocaron sobre la mesa.
Belén se acercó.
—Señoritas, que aprovechan. Miguel y yo espera