—Señor York, he oído hablar mucho de usted.
Doris saludó cortésmente a Zachary y le estrechó la mano.
Por el bien de la cara de Arturo, Zachary respondió a Doris.
Doris caminó hacia el sofá y se sentó.
Arturo se sentó al lado y, para ocultar sus pensamientos, abrazaba a Sonny e interactuaba con él de vez en cuando.
Entre las interacciones con Sonny, sus ojos se posaban en Doris de reojo.
Tras unos momentos sentados, llegó la hora de cenar y Zachary avisó al camarero para que pasara.
Serenity cogió el menú del camarero y se lo entregó a Doris, diciendo con voz cálida: —Señorita Alanis, pida lo que quiera. Las comidas de nuestro hotel son bastante ricas.
Doris no cogió el menú y dijo: —Es mejor que pida usted, yo vivo aquí y he disfrutado de los platos, son realmente muy buenos.
El Hotel Wiltspoon recibía a diario clientes de todo el país, y vinieran de donde vinieran, aquí podían disfrutar de los auténticos platos de la ciudad.
—Bueno, entonces lo hago yo.
Serenity comía aquí todos los