En tono forzado dijo: —¿No lo hice bien? Felix me pidió que ayudara a Isabela, y lo hice.
Dios sabía cuánto deseaba apoyar a Bella.
—Isabela te dijo esas cosas porque te estaba poniendo a prueba.
Dalia contestó: —Yo sentía lo mismo. Por suerte ella no se percató de nada.
El guardaespaldas dijo fríamente: —Ojalá sea así.
Dalia era un poco más serena y tranquila después de la instrucción de Felix, pero su carácter ya estaba consolidado y nunca pudo igualar el de Isabela, y los guardaespaldas se preguntaron si Isabela se había dado cuenta de algo.
Decidieron contarle a Felix lo sucedido hoy y dejar que él tomara una decisión.
Media hora después de que Dalia se marchara, Isabela regresó también con su familia.
Por el camino, Isabel le preguntó a su nuera: —Además de Maya, ¿hay alguien que te interese para conocer?
Isabela contestó: —De momento no, su círculo no es tan fácil para que yo me integre.
—No quieren relacionarse conmigo y yo no quiero colarme deliberadamente entre ellos.
Algunas