Tras un beso romance, Elisa acarició suavemente la cara de Remy y le preguntó en voz baja: —¿Sigues enfadado?
Remy le dio unos besos más en la mejilla y dijo: —Es un alivio saber que Alejandro tiene un amor. Aun así, me ha asustado tanto y deberías darme un poco de calor.
Elisa sonrió y contestó: —¿No basta con los regalos y besos?
Remy la abrazó y respondió con una sonrisa: —Basta.
—No debería volver a ocurrir. Si pasa unas cuantas veces más, a mí también me dará un infarto.
—Tenemos que comprometernos cuanto antes, y luego celebrar un banquete de compromiso que sea una sensación en toda la ciudad, incluso más grandiosa que el banquete de compromiso de Callum e Isabela.
Elisa respondió con suavidad: —Vale, te esperaré.
Pronto, se separó de su abrazo y le preguntó: —¿Tienes que ocupar de los trabajos? Pues haz primero lo tuyo, también tengo que volver a la empresa.
Remy volvió a rodearla entre sus brazos y le dijo: —Ya que estás aquí, acompáñame un rato. Ya no tengo ganas de trabajar.