A Josh no le gustaba oír a su esposa decir que no era una persona que sabía agradecer la vida por el momento.
¡Que no!
Ella quería seguir a sus amigas al unísono, y él no debía limitarla. Debería hacer todo lo posible por apoyarla en lo que quisiera hacer.
Jasmine levantó la mirada.
Josh bajó la cabeza y la besó en los labios, con los ojos llenos de amor, luego le susurró unas palabras al oído, entonces Jasmine lo empujó y se sentó erguida, con la cara sonrojada.
Josh se echó a reír.
Josh no hizo más ya que había guardaespaldas en el coche.
—Para el coche delante de la farmacia XX. Voy a comprar algunos suplementos para los padres de Jasmine.
Josh dio instrucciones al guardaespaldas.
Su visita a la casa de los padres de Jasmine esta vez fue improvisada y no habían preparado ningún regalo.
Jasmine dijo: —No hace falta. Siempre traes muchas cosas y mi madre tendrá que volver a quejarse de ti.
Josh sonrió y dijo: —Sólo compré algunos suplementos nutricionales, no son caros. Además, cada v