Serenity retiró apresuradamente su mano que le sostenía su marido.
Zachary estaba descontento con la reacción de su esposa.
Ella le recordó en voz baja: —No sólo estamos tú y yo, también Kevin y Sonny.
Zachary miró a su primo y a su sobrino.
Kevin había cogido algo de comida para Sonny y el pequeñito intentaba comer por sí mismo, sin prestar atención a lo que ocurría entre los adultos.
—Sonny, ¿necesitas que te dé de comer?
Preguntó Kevin, sin mirar a Zachary y Serenity al otro lado de la mesa.
Sabía que estaba interfiriendo en su interacción íntima.
Zachary se quejaba de su presencia y él quería quejarse de cómo Zachary siempre lo irritaba de esa manera.
—Gracias, tío Kevin, puedo hacerlo yo mismo.
Sonny rechazó a Kevin.
Serenity le sirvió a Sonny un tazón de sopa, lo puso frente y dijo: —Sonny, toma un poco de sopa.
—Gracias, tía.
Serenity sonrió y dijo: —Si quieres comer algo, pídele al tío Kevin que te ayude.
Después, miró a Zachary y le preguntó: —Cariño, ¿estás lleno?
La comida d