Capítulo 994
No sólo lo oyó, sino que al parecer también lo malinterpretó, ¡como demostraba la forma en que miró a Neo!

De repente, Santiago no pudo contenerse y soltó una carcajada.

Neo entró en pánico y estaba a punto de explicar cuando Santiago lo interrumpió: —¡Sí Neo, no vengas más a mí! ¡No puedo hacer lo que estas diciendo!

—...—¡Mierda!

Los ojos de Neo se abrieron de par en par.

El corazón de Berta se calentó y la pequeña mano en sus brazos se acercó un poco más.

Santiago la miró y sonrió, luego miró a Neo con cara seria:— Lo sé, querias que me metiera en este oficio contigo cuando estabamos en prisión... Pero Neo, mi Berta tiene razón, ¡una carrera como esta no es un trabajo a largo plazo!

—Santia...

—¡Tal vez sea hora de que pienses también en tu futuro!

Las fosas nasales de Neo se abrieron y resopló.

Santiago contuvo la risa hasta que le dolió el estómago, y llevó a Berta a pasear por la playa, dejando a Neo solo y confuso...

No tartaron mucho tiempo cuando el teléfono de Santiago sonó.

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