—¡Polo! ¡Si sigues así, mi hija no va a ser entregada a tu familia en el futuro!
Polo lo miró, dos hombres grandes peleando como niños.
En su lugar, fue el pequeño Santiago quien actuó como un pequeño adulto, caminando hacia Teo y mirándolo solemnemente: —¡No te preocupes, tío Teo, en el futuro, definitivamente cuidaré bien de la hermana, y no dejaré que sufra ni un poco!
Los ojos de Teo se entrecerraron y giró la cara para mirar a Polo, con una mala sonrisa curvándole los labios.
—Oye—asintió al pecho de Polo—. Tienes un buen hijo, ¡mucho mejor que tú!
Polo se rio y le hizo la señal de 'vete a la mierda'.
—Tío Teo—la voz de Santiago era quebradiza—. ¿cómo se llama la hermanita?
—Su nombre es... —Teo estaba pensando—. ¿Cómo se llama, cariño?
Lynn puso los ojos en blanco varias veces y se apresuró a que alguien arrastrara a Teo a otra habitación para que se le pasara la borrachera.
—Se llama Felicia López. —Lynn sonrió a Santiago.
—¿Puedo llamarla Feli?
—¡Por supuesto! Su apodo es Feli.