—Oh... —Lucía García se sintió decepcionada.
—El presidente Ramírez dijo que será la próxima vez. —intervino Polo Juárez en nombre de su suegro. —Cuando él esté en mejores condiciones, seguramente vendrá a hablar con mamá sobre la experiencia de criar gatos.
—Está bien. —Murmuró Lucía, frunciendo los labios. Sacó su teléfono y, sin entender, se dijo a sí misma. —Incluso si el tío Ramírez no viene, debería haberme enviado un mensaje...
—Tal vez el viejo se olvidó ocupado.
De repente, Polo abrazó a Lucía, frotándole la cabeza.
Lucía sintió la intensidad masculina, pero al estar en público, se sintió un poco avergonzada y le dio un golpecito.
—Suéltame...
—Lucía.
—¿Qué pasa?
El corazón de Polo se apretó.
Recordó cómo Lucía caminaba por un camino fangoso en un día de fuertes vientos y lluvia, vistiendo un vestido de novia blanco.
Recordó cómo temblaba de miedo cuando estaban en aquella casa en ruinas.
Recordó cómo ella accedió a casarse en nombre de otra persona para reunir dinero para el