Esta vez Serena se quedó boquiabierta.
—¿Qué pasa? —Polo la miró fríamente—. ¿No acabas de decir que ibas a cortarte el corazón?
—Polo... —Serena apenas tiró de las comisuras de su boca.
—¿Quieres que lo haga por ti?
—¡No!
—Quiero decir, daría cualquier cosa por ti —dijo avergonzada—. Y cuando digo que me corten el corazón, es una metáfora...
Serena se mostró incoherente: —Polo, ¿ni siquiera entiendes esto?
—Lo siento mucho —Polo rio ligeramente—. Soy una persona de pensamiento bastante recto, y solo puedo tomarlo literalmente. Cuando acabas de decir eso, ¡pensé que realmente ibas a cortarte el corazón!
—Oye —Serena dijo—. Estás bromeando conmigo, ¿verdad?
—¡Nunca bromeo con gente que no conozco bien!
La expresión de Polo era indiferente, y un aura amargamente opresiva impregnaba su cuerpo.
Serena se mordió el labio y lo miró de forma complicada.
—Tú... ¿Todavía dices que no estás familiarizado conmigo hasta ahora? —Ella susurró—. ¡El abuelo dijo que él tomaría la decisión sobre nuestr