**HENRY**
No miro atrás. No quiero ver sus rostros. Pero, aun así, los escucho. Murmullos, risas contenidas, palabras que seguramente no tienen nada que ver conmigo… y, sin embargo, mi mente insiste en creer lo contrario. Es como si cada susurro en ese salón se clavara directo en mi espalda, como si todos supieran, como si todos hablaran de mí.
"Pasé la noche con Leonardo."
Las palabras de ella vuelven a retumbar, más fuertes que cualquier comentario real. Me late la cabeza, me arde el pecho; la mandíbula se me tensa, los puños se me cierran. Me obligo a no correr, pero avanzo como un animal herido que necesita escapar. Todo lo que creí firme se desmorona bajo mis pies.
Empujo la puerta y salgo al aire frío. Respiro, pero no sirve de nada; llego al coche, abro de golpe la puerta y me dejo caer en el asiento. El silencio del exterior debería darme calma, pero solo me hace escuchar con más claridad el zumbido en mi cabeza.
Golpeo el volante con la mano, una, dos veces, hasta que los nud