Jason

La degustación había terminado, pero el sabor dulce aún flotaba en el aire… en el paladar, en el corazón y en la mirada de Kiara. Estábamos riendo al salir del salón, ella todavía emocionada por los brigadeiros y Pierre parloteando sobre las tartas como si hubiera descubierto el paraíso. Pero el suave sonido de nuestra conversación se extinguió en el instante en que doblamos el pasillo principal.

Tres hombres. Vestidos de blanco de pies a cabeza, como si el propio tiempo no se atreviera a tocarlos. Estaban parados en el centro del vestíbulo, conversando con Stefanos y Nuria.

Me congelé.

Los pasos se desaceleraron por instinto. Mis ojos se dirigieron directamente a Stefanos, quien mantenía un semblante serio, tenso… pero respetuoso.

"¿Quiénes son?", pregunté en voz baja, sin quitar la vista de la escena.

Kiara apretó mis dedos entre los suyos. "Son los protectores de las Milenarias".

Giré lentamente la cabeza hacia ella, frunciendo el ceño. "¿Los… qué?".

Ella sonrió como si estuv