40. Revelaciones

Stefanos

El pasillo del ala principal estaba demasiado silencioso. Cada paso mío reverberaba entre los vitrales y las columnas como una acusación susurrada. Las paredes parecían más estrechas, más opresoras, como si escucharan todo lo que yo no decía.

Pero lo que realmente pesaba sobre mí…

Eran los gritos.

El sonido de la voz de Nuria todavía resonaba en mis oídos como una cuchilla oxidada. La desesperación cruda. El miedo desgarrado en la garganta. La forma en que se encogió en el rincón de la celda, como si esperara ser despedazada en cualquier instante.

Aquello no era una actuación.

No era debilidad.

Era memoria viva.

Y mi lobo… gruñía.

Él había estado inquieto desde que la dejé en la habitación. Pero no por preocupación racional. Era algo más instintivo. Primitivo.

Ella se calmó en cuanto respiré cerca de ella.

No fue la celda, ni el calor. Fue mi olor. Fue mi presencia. Como si, de alguna manera, el lobo dentro de ella supiera que yo era un refugio.

Y eso...

Eso me carcomía.

"Ell
Sigue leyendo este libro gratis
Escanea el código para descargar la APP
capítulo anteriorcapítulo siguiente
Explora y lee buenas novelas sin costo
Miles de novelas gratis en BueNovela. ¡Descarga y lee en cualquier momento!
Lee libros gratis en la app
Escanea el código para leer en la APP