Nuria

El motor del coche rugía contra el camino de tierra, mientras el viento cortaba el pesado silencio dentro del vehículo.

Mis músculos aún protestaban después del entrenamiento. Cada parte de mi cuerpo palpitaba, recordándome la humillación que pasé hoy. Pero la incomodidad física era el menor de mis problemas.

Rylan conducía con una calma irritante, una mano en el volante, la otra descansando casualmente en la palanca de cambios. Su mirada, sin embargo, no era tan relajada. Me observaba por el rabillo del ojo, evaluando cada pequeño detalle de mi expresión.

"Entonces, el entrenamiento fue intenso, ¿eh?" Su voz era demasiado ligera para el cansancio que aún pesaba sobre mí.

"Fue solo el primer día", murmuré, manteniendo mi mirada fija en el paisaje que pasaba rápido afuera.

"Sí..." Él rio levemente, golpeando los dedos contra el volante. "Y ya lograste desestabilizar a nuestro Alfa."

Mis hombros se tensaron.

"No tengo idea de lo que estás hablando."

"¿Ah, no?" Él inclinó la cabeza