287. Mi castigo
Kiara
Su boca regresó a la mía como una promesa tácita.
Jason me besaba con un ardor que me hacía olvidar quién era, dónde estaba y que el mundo exterior aún existía.
Su boca descendió de nuevo a mis pechos, hambrienta, reverente. Cuando sentí su lengua deslizarse sobre mi piel sensible, un fuerte gemido escapó de mi garganta antes de que pudiera contenerlo.
Mi loba estaba en un estado que ni yo reconocía... jadeando, aullando, debatiéndose dentro de mí. Todo mi cuerpo era solo fuego y necesidad.
Sus manos me sostenían como si yo fuera la cosa más preciosa que jamás había tocado. Y por primera vez... realmente quería serlo.
Quería que él no se detuviera.
Quería que el tiempo se congelara solo para nosotros.
"Solo sigue...", imploré, cediendo a los deseos de mi cuerpo.
Pero claro, como todo lo bueno dura poco, mi celular vibró.
El tono de llamada fue un puñetazo a la burbuja de deseo en la que estábamos.
Jason gruñó en voz baja, apoyando su frente en mi hombro. "Joder...", murmuró, con