Rylan

El campamento de Solon estaba en ruinas.

El fuego consumía parte de las tiendas. Gritos ahogados se mezclaban con el crepitar de las llamas y el olor sofocante de sangre, madera quemada y vísceras expuestas. El suelo estaba cubierto de cuerpos, algunos gimiendo, otros destrozados. Era el infierno. Y yo había sido el demonio.

Pero nada de eso importaba.

Porque ella aún no estaba en mis brazos.

Y yo sentía. Sentía que cada segundo era una amenaza para lo que quedaba de ella.

"¡JENNA!"

Mi voz resonó como un aullido desesperado, reverberando por los árboles, cortando la noche.

Mis ojos recorrieron cada centímetro del caos. Las tiendas ardían a fuego lento. Las estructuras estaban retorcidas, caídas, esparcidas como huesos de una bestia muerta.

Y entonces la vi.

La tienda central.

O lo que quedaba de ella.

Se había derrumbado con la pelea. Una pila de lona rasgada, tablas rotas y estacas afiladas apuntando al cielo como garras hambrientas.

E incluso sin ver...

Lo sabía.

Ella estaba a