213. Necesito un milagro
Rylan
"Viniste..." murmuró, los labios secos, agrietados.
"Claro que vine, pequeña." Mi voz era solo un suspiro, lleno de promesas no dichas. Apoyé mi frente en la suya, mis dedos apretando los de ella con el cuidado de quien sostiene el mundo en sus manos. "Siempre voy a venir por ti."
Y entonces ella sonrió.
Tan débil como la luz al final de una noche demasiado larga. Pero aun así... era una sonrisa.
Fue en ese instante que algo dentro de mí se desmoronó... el miedo, la tensión, la culpa.
Pero solo duró un segundo.
Porque justo después, su sonrisa desapareció.
Y sus ojos se cerraron de nuevo.
"¿Jenna?" llamé, sin entender.
Sus ojos parpadearon rápido, una, dos veces y luego se cerraron.
"¡Hey...!" Sostuve su rostro, subiendo su barbilla. "¡Jenna! ¡Mírame! ¡Quédate conmigo!"
El monitor al lado emitió un pitido más agudo. Un bip diferente. Más rápido.
"¡¿Jenna?!"
"¡La presión está bajando!" gritó la médica. "¡Vamos, ahora!"
Los enfermeros se apresuraron alrededor de la camilla. Uno de