161. Amenaza
Jenna
La mansión estaba demasiado silenciosa para una noche como aquella.
Y yo estaba al límite.
Los últimos acontecimientos parecían haber drenado cada gota de energía de mi cuerpo. Se llevaron el sueño, la paz y hasta la capacidad de ordenar mis propios pensamientos. Y, como si no fuera suficiente, mi corazón aún latía descompasado… con nombre y apellido: Rylan Bastien.
La forma en que me miraba… como me defendía… como me tocaba.
Era afecto, pero también fuego. Era protección, pero también deseo. Una mezcla peligrosa para alguien como yo, que nunca supo muy bien qué hacer con sentimientos así.
No éramos nada oficial. Pero, al mismo tiempo, éramos todo lo que ahora parecía correcto.
Suspiré profundamente, intentando alejar ese torbellino interno. Equilibré la bandeja en mis manos: un té caliente y unas tostadas. Nuria apenas había comido, y después del día que tuvimos, era lo mínimo que podía hacer.
Ella me necesitaba. Y yo… necesitaba mantenerla firme.
Aunque estuviera cansada, aunq