154. Reintegrando a Johan
Stefanos
El silencio entre nosotros era casi físico.
Johan entró en la sala con el rostro limpio, el cabello despeinado y esa mirada de quien aún cree que puede manipular el mundo con media docena de palabras. Rylan cerró la puerta detrás de él sin decir nada, como ya habíamos acordado.
Ahora éramos solo nosotros dos.
Sobrino y tío.
Alfa y futuro problema.
Se quedó de pie en medio de la sala, los ojos desafiándome con la misma insolencia de siempre.
"¿Así que esto es todo?", provocó, con una sonrisa torcida. "¿Fui reintegrado al paraíso o solo ascendido al infierno con alfombra roja?"
Caminé hasta la mesa y me senté en el borde, con las manos firmemente apoyadas en la fría superficie de madera. La mirada fija, inquebrantable. ¿El tono de mi voz? Neutro. Calculado. Pero todo en mí gritaba control.
"Nunca dejaste de ser parte de esta casa, Johan. Solo necesitaste... un tiempo para reflexionar sobre algunas malas decisiones".
Él rió. Seco.
"Ah, claro. Reflexiono mejor encerrado en una ce