07. Mi alfa
Nuria
El olor metálico de la sangre aún flotaba en el aire. Mi sangre.
Mantuve el dedo presionado entre los labios, el gusto ferroso de la sangre mezclándose con la desesperación que se extendía por mi pecho. Mi corazón martilleaba contra las costillas, cada latido un recordatorio de que no podía dejar que él viera.
Entonces, la puerta se abrió.
Mi respiración se contuvo. Él estaba cerca. Demasiado cerca.
Quité el dedo de la boca rápidamente, apretándolo contra la palma de la mano, rezando para que el sangrado cesara antes de que él lo notara. Antes de que fuera demasiado tarde.
Stefanos me observaba con atención. Percepción afilada. Él no perdía nada, no dejaría escapar un detalle. Si él viera... si descubriera...
No. Yo no podía dejar que eso sucediera.
Ya había vivido suficiente bajo la crueldad de un alfa obsesionado con mi sangre. Ya sabía lo que significaba ser tratada como un trofeo. No soportaría pasar por eso de nuevo.
"¿Te lastimaste?"
Su voz sonó baja, arrastrada, como si y