La noche llegó a su fin en el frío hospital de la manada, al Cachorrito Andreas ya lo habían trasladado a una habitación privada, tenía aparatos conectados en el pecho y en uno de sus dedos, estaba profundamente dormido por la anestesia, el Alfa Adriano no de separaba de él, las próximas horas serían cruciales, solo quedaba esperar
El cachorro Angelo ya había despertado, tenía mucha hambre, pero de sentía molesto e incómodo por el dolor de la costilla, el efecto de la inyección ya estaba pasando y con solo moverse un poco le llegaba el dolor
Sus negras pestañas adornaban los hermosos ojos verdes del cachorro
¡Mami! el niño llamó a su madre apenas despertó
Aquí estoy tesoro, dile a mami ¿cómo te sientes?
Me duele aquí. - Angelo se tocaba a un costado del abdomen
Te vas a poner bien pronto, mientras tanto trata de no moverte mucho, el doctor vendrá en un momento a ponerte una inyección para el dolor, debes ser valiente ¡eh!
Shi mamá, mami tengo hambre, ¿creés que haya pollito aquí?
Brun