48. MARCANDO TERRITORIO
TRINITY
Mis dientes capturan su labio inferior y lo muerdo hasta probar el sabor a hierro de su poderosa sangre.
Lo odio y lo deseo, tengo rabia, alcohol en sangre y fuego en la vagina.
Mi mano se cuela dentro de su pantalón para sacar de su bóxer esa gruesa polla que comienzo a zarandear, a menear arriba y abajo.
Su presemen se escurre entre mis dedos y me ayuda a masturbarlo con urgencia.
Nathan resopla y gruñe ronco, agarra mi cabello por detrás de mi cabeza con furia y me obliga a aceptar sus besos enloquecidos, profundos, a punto de cortarme el aliento.
No le importa que le destroce la boca, él se deja y más bien parece que mi rudeza le encanta.
—Aaahh —gimo bajo cuando rasga sin miramientos mi panti y jala con brusquedad mi braguita sexy dejando mi sexo al descubierto.
—Levanta las piernas abiertas y aguántate las rodillas —me ordena implacable, tomando mis piernas y abriéndome por completo.
Las rodillas flexionadas, los tacones negros en el borde de la encimera de mármol.
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