C194-LA IRA DE VEXYS.

Los baños de vapor del palacio eran un santuario para las dragonas del harén. El agua caliente olía a flores rojas y piedra fundida. Era el lugar perfecto para relajarse… o hablar de los chismes de la corte.

Vexys estaba recostada en una esquina, medio hundida en la piscina central. Su cabello rubio ceniza colgaba húmedo por su espalda, sus ojos dorados estaban entrecerrados mientras fingía no escuchar.

Su expresión era de total suficiencia. Llevaba años ahí. Había visto llegar y desaparecer a muchas y ninguna había durado. Ninguna le había quitado su sitio.

Un grupo de tres dragonas más jóvenes cuchicheaban a unos metros. Una de ellas sonrió y miró a la otra, como sin querer subir la voz justo lo necesario.

—¿Escuchaste lo que dicen?

—Sí… aún no me lo creo.

Vexys abrió los ojos despacio y las miró sin moverse. Las otras sabían que las estaba escuchando, pero siguieron, sonriendo por dentro.

—El rey trajo a una loba —soltó la segunda, con un tono que arrastraba v