_ Yo también te amo, Ugo, es inútil que intente ocultarlo.
Jovanna se volvió de frente a Ugo en la cama y lo beso en la penumbra.
_ No juegues con fuego, Jovanna.
_ ¿Y si deseo quemarme? _ le dijo ella y él la beso como solo un demonio podía hacerlo, con una ternura mesclada con rastros de una pasión venenosa. Delicado y al mismo tiempo con la dosis exacta de agresividad, como si intentara contener el ansia que sentía por tenerla.
_ ¿Estás segura de esto, Conti? _ le dijo mientras le abría la camiseta haciéndola girones de tela.
_ ¡Sí!_ logró decir casi en un gemido.
Para Jovanna era su primera vez, se sentía nerviosa y asustada pero el deseo y la excitación nublaron sus sentidos en cuanto Ugo dejo de jugar y la beso en serio. Dejando que su lengua se adentrara más profundo en su boca y dejando todo el peso de su cuerpo sobre el de ella. Jovanna lo sintió totalmente excitado entre sus piernas y el calor que ya estaba sintiendo por todo el cuerpo se transformo al instante humedeciéndol