El pecho de Jovanna subía y bajaba a la velocidad de un fuelle de herrero en tiempo de guerra de la edad media. Cuando vio que Ugo comenzaba a desnudarse.

_ Te vendrá un infarto, Conti, y así no podrás ni pagar tus deudas ni salvar a tu familia. Lo pondré fácil para ti, te dejare escoger.

_ ¿Qué?_ le dijo asustada dejando la palabra escapar de sus labios más que pronunciarla.

_ ¿Conmigo o con todos?

_ No te atreverías.

_ Tienes razón no voy a obligarte, te estoy dando escoger es tuya la decisión. Incluso tienes una tercera opción, la puerta está siempre abierta.

_ ¡¿ Puedo irme?! _ le pregunto dudando comenzando a respirar mejor.

_ Es lógico, Jovanna ¡Jajaja! Desde el primer día, tú sabes bien el motivo por el que te quedaste.

_ Estas chantajeándome otra vez con lo de mi padre.

_No, solo te recuerdo tus opciones. Y creme me harás muy feliz si escoges la segunda.

_ ¿Te haría feliz que prefiera tener sexo con los clientes del club antes de que contigo? _ le dijo ella en un tono extraño